Los pobres del mundo
MAGNÍFICO NEGOCIO DE
LOS RICOS
Reconocemos a septiembre como "el
mes de la Patria"; por esto, no nos sorprende que durante estas semanas
tengamos en México símbolos patrios por doquier, y discursos patrióticos en
cada ceremonia.
Así, cuando el Presidente Enrique Peña
Nieto expresó el 13 de septiembre próximo anterior que "México somos
todos, y lo construimos entre todos", lo aceptamos como parte del ritual
cívico, pero también nos permite reflexionar ¿cómo estamos construyendo a
nuestro país?, ¿lo estamos construyendo a voluntad de todos, o al menos de la
mayoría?, ¿unos pocos están determinando cómo se construya, a favor de todos, o
a favor de quienes ejercen el poder?
La primera parte de la frase
presidencial es clara. Es cierto que México somos todos; en esto no existe
ninguna duda.
La incertidumbre aparece en el concepto
final de dicha expresión. Podríamos aceptar, en inicio, que lo construimos
entre todos, pero... ¿quiénes lo diseñan, y nos obligan a construirlo?, ¿es
posible, y deseable, consultarnos a todos para el diseño? Conforme al artículo
40 constitucional somos una "república representativa"; empero, la
supuesta democracia o la galopante demagogia ha incrustado en leyes secundarias
normas jurídicas propias de una república popular, lo que constitucionalmente
no somos.
Por otra parte, en eso de construir,
desde los grandes edificios hasta los enormes complejos urbanos, las manos de
los obreros y los maistreros son las que manejan máquinas o tabiques, hasta
pintar y dar los últimos acabados, para que al final ellos, directos
constructores, no tenga más que un salario de hambre, y nunca jamás puedan entrar
a esos hermosos inmuebles construidos con su esfuerzo.
Esa peligrosa e injusta distribución de
los bienes y de los servicios producidos en nuestro país refleja el pésimo
reparto del producto interno bruto en México, generando la grave inseguridad y
el dramático desempleo que padecemos.
Y ante esa azarosa y desconsoladora
situación el Presidente Peña Nieto nos asegura que para construir una mejor
nación se comienza por una nueva actitud y un nuevo compromiso, "por lo
que es momento de renovar el ánimo y la confianza en México".
Esa "nueva actitud y nuevo
compromiso", ¿en qué consisten de manera precisa?, ¿en qué consisten para
los dueños del capital?, ¿en qué consisten para los trabajadores?, en forma
concreta, ¿en qué consisten para todos los mexicanos?
Los pobres del mundo, pero más los
pobres de nuestro país, han venido resultando un próspero negocio para los
dueños de un capital mercantilista que sólo atiende a sus ganancias, y jamás
cuida a los seres humanos.
Más de 2 mil empresas en México cobran a
gente de clase media créditos con interés mayor al 75% anual, lo que los va a
empujar al sector de pobreza.
Aun así, los mexicanos tenemos ánimo
renovado, y mucha confianza en México. En lo que ya no creemos es en la pésima
y turbulenta forma de organización socioeconómica que nos está destruyendo.