Nuestra América
ASUNTO DE LA
INDEPENDENCIA
La Casa de las Américas, ameritada
institución cultural de la República de Cuba, publicó en marzo de 1979 Tres
documentos de nuestra América, calificados por los editores como "textos
mayores", y dándolos a conocer en español, portugués, francés e inglés.
De Simón Bolívar se editó la Carta de
Jamaica, misiva fechada el 6 de septiembre del año 1815 en Kingston, y que
dirigió innominada ese héroe a: "Muy señor mío", pero las
investigaciones posteriores han conducido a un inglés de nombre Henry Cullen,
avecindado en Falmouth, en la costa norte de Jamaica, y de quien esperaba la
diera a conocer al gobierno británico para que ayudase en la empresa
libertadora.
De la carta se desprende que Henry le
había ofrecido auxilio de la Corona Inglesa, pero le pedía a Bolívar datos de
tipo geográfico, histórico, económico y estadístico, por lo que tuvo que
expresar el libertador: "... es imposible responder a las preguntas con
que V. me ha honrado. El mismo barón Humboldt con su universalidad de
conocimientos teóricos y prácticos apenas lo haría con exactitud, porque aunque
alguna parte de la estadística y revolución de América es conocida, me atrevo a
asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas..."
Y en otra parte Bolívar indica:
"Tres siglos ha, dice V., que empezaron las barbaridades que los españoles
cometieron en el grande hemisferio de Colón. Barbaridades que la presente edad
ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad
humana..."
Recordando que si a los emperadores y
reyes indígenas los torturaron y asesinaron cruelmente, a todos los demás originales
de estas tierras los trataron peor que animales. Y hace cita de Moctezuma,
Atahualpa, Cuauhtemotzin, y de manera especial menciona a "Catzontzin, rey
de Michoacán".
Agregando: "Yo deseo más que otro
alguno ver formar en América la más grandes nación del mundo... La metrópoli,
por ejemplo, sería México, que es la única que puede serlo por su poder
intrínseco..."
El segundo documento es de José Martí,
un cubano universal que quienes lo conocieron dicen que al hablar y al escribir
desprendía de sus labios luz y de su pluma talento. A mí me hubiese gustado
conocerlo, de no haber nacido yo demasiado tarde para ello.
Martí quiso, en su ensayo filosófico
político Nuestra América, de 1891, despertar la conciencia de sus
contemporáneos: "Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea,
y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la
novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden
universal..."
Y hace un llamado a América, desde el
Bravo hasta Magallanes, para que despierte, y se desprenda de lo aldeano,
dándole ideas valiosas que fueron, son y serán, "la semilla de la América
nueva".
El tercer documento es la Segunda
Declaración de la Habana, presentada por Fidel Castro en 1962, sobre la que
espero pronto hacer comentarios.