lunes, 5 de mayo de 2014

Batalla de Puebla
EL PUEBLO JUARISTA PREVALECE
        El 5 de mayo conmemoramos el CLII aniversario de la Batalla de Puebla. Recordemos sus antecedentes, y registremos sus efectos en este 2014.
        Manuel Doblado Partida se desempeñó bien como ministro de Relaciones Exteriores de 1861 a 1862 en el gobierno del Presidente Benito Juárez. A él le tocó instrumentar el Tratado de la Soledad con los representantes de Inglaterra, España y Francia, países aliados por la Convención de Londres para invadir, so pretexto de deudas, al México de aquel entonces.
        Las tropas de esa alianza agresiva se establecieron en el Puerto de Veracruz; y se retiraron de ahí, para retornar a su respectiva patria, con la suscripción de ese tratado.
        Sólo Francia incumplió el compromiso firmado, ya que el motivo del emperador Napoleón III, quien ahora se sabe que no llevaba sangre de los Bonaparte y que fue producto de una infidelidad acallada, era el establecer en México una monarquía que siendo europea sirviera de freno al veloz crecimiento de los Estados Unidos de América.
        Así, con su proyecto imperial, avanzaron en franco son de guerra los soldados franceses al mando del general Laurencez, teniendo esporádicos encuentros con las tropas de la República Mexicana en las Cumbres de Aculcingo.
        Para ese entonces se calificaba a los franceses como los mejores soldados del mundo. Venían fogueados y con prestigios reconocidos en revoluciones y guerras; empero, sus lauros los condujeron a la soberbia despreocupada y altanera, menospreciando a los soldados del México juarista, indios con hambre, mal armados, y sin formación educativa militar.
        En adelanto guerrero los franceses llegaron hasta Puebla, ciudad que en esa época estaba llena de conservadores con admiración al imperio; mientras, las tropas liberales se fortificaron en los cerros de Loreto y Guadalupe, instalaciones militares construidas a principio del siglo XIX en contra de la insurgencia. Esos fuertes, en ese día, fueron las fronteras de la patria.
        La acción bélica de los franceses inició a las 11 de la mañana del 5 de mayo del 1862, con el claro proyecto de tomar esos fuertes. A las 15 horas las tropas francesas estaban en franco descalabro; en los siguientes días los franceses comprendieron su derrota, echando marcha atrás cubiertos de vergüenza, mientras nuestras humildes tropas de pueblo se cubrían de gloria.
        Laurencez en su primer informe a París señala como excusa: "Puebla era la ciudad más hostil a Juárez, según la opinión de las personas a las cuales debería dar fe, las que me aseguraron formalmente... que me recibirían... con efusiones de júbilo y que mis soldados estarían cubiertos de flores."
        Mientras el comandante mexicano Berriozábal armó una metáfora tan hermosa como excedida: "Las águilas francesas han atravesado los mares para dejar caer al pie de la bandera mexicana los laureles de Sebastopol, Magenta y Solferino."
        Más tarde vendrían derrotas, pero al final, el México juarista prevalece, y prevalecerá, con los cambios que el desarrollo dialéctico impone a nuestros mejores valores.