Economía Mexicana
SIN MANUAL DE
INSTRUCCIONES
A todos debe preocuparnos la economía,
ya que es un núcleo central en torno del que gira la vida mundial, y también la
existencia de cualquier individuo.
En qué forma producimos todos los bienes
y servicios que constituyen la riqueza planetaria, o nacional; y de qué manera
los distribuimos para cada continente, país, núcleo familiar, o para cada
individuo; estos planteamientos son vía para obtener respuesta a la pregunta:
¿qué tipo de sistema económico nos rige?
Sobre esos aspectos generales del
fenómeno económico muchos hemos brindado nuestras reflexiones; empero, al
respecto, recordemos los conceptos que Voltaire escribiera al Marqués de
Chauvelin: "Todo lo que veo arroja las semillas de una revolución que
llegará ineludiblemente, y a la cual no tendré la alegría de asistir. Los
hombres jóvenes son más felices; verán cosas hermosas."
Vladimir Ilich Uliánov, alías Lenin, en
su libro La revolución y el estado
aseveró: "... es más agradable y útil vivir la experiencia de una
revolución, que escribir acerca de ella".
Si esos conceptos los aplicamos a la
economía tendríamos que expresar que es más agradable y útil vivir la
experiencia de decidir sobre el fenómeno económico, que el simple escribir
acerca de él; y que, por los tiempos que corren, según nuestras edades, todo lo
que vemos arroja las semillas de una revolución económica que llegará
ineludiblemente, y a la cual no tendremos la alegría de asistir.
Sin embargo, los jóvenes serán felices,
si desde ahora hacemos cosas prácticas y eficaces para generar en el mundo una
superior economía, sin desempleo, con alta productividad de los bienes y
servicios necesarios, y con una justa distribución de los mismos.
Para lograr lo anterior, los mexicanos
debemos de partir de la realidad, nuestra economía para bien o para mal está
enganchada directa y sólidamente a la economía de los Estados Unidos de
América, y no como socios, sino como subordinados.
Por fortuna, desde un pragmatismo
doloroso, la mejor economía del mundo sigue siendo la de nuestros vecinos del
norte. Ellos han sabido retrasar su ocaso como imperio, a costa de muchos.
Si la recesión llega a los EU, nos
pegará más drásticamente a nosotros. Si la recesión no toca al eje del imperio
tampoco nos afectará. Si ellos crecen nosotros creceremos, pero en mucho menor
rango.
Debemos darnos cuenta de que la economía
mexicana camina sin propio manual de instrucciones, ya que anda al son que le
toquen los poderosos intereses gringos.
El optimismo de las autoridades
mexicanas y el pesimismos de los demás sectores, conforme al crecimiento del
producto interno bruto como lo observa agudamente Beatriz Pagés Rebollar, son
relevantes para los efectos internos, pero sin importancia para el gran
fenómeno económico de carácter mundial.
Nada es eterno. La caída del impero
americano advendrá, pero la derrota del capitalismo gringo no se ve en el
horizonte cercano, ni garantiza nuestro éxito. México debe actuar en
consecuencia, con toda responsabilidad.