lunes, 19 de mayo de 2014

Economía Mexicana
SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES
        A todos debe preocuparnos la economía, ya que es un núcleo central en torno del que gira la vida mundial, y también la existencia de cualquier individuo.
        En qué forma producimos todos los bienes y servicios que constituyen la riqueza planetaria, o nacional; y de qué manera los distribuimos para cada continente, país, núcleo familiar, o para cada individuo; estos planteamientos son vía para obtener respuesta a la pregunta: ¿qué tipo de sistema económico nos rige?
        Sobre esos aspectos generales del fenómeno económico muchos hemos brindado nuestras reflexiones; empero, al respecto, recordemos los conceptos que Voltaire escribiera al Marqués de Chauvelin: "Todo lo que veo arroja las semillas de una revolución que llegará ineludiblemente, y a la cual no tendré la alegría de asistir. Los hombres jóvenes son más felices; verán cosas hermosas."
        Vladimir Ilich Uliánov, alías Lenin, en su libro La revolución y el estado aseveró: "... es más agradable y útil vivir la experiencia de una revolución, que escribir acerca de ella".
        Si esos conceptos los aplicamos a la economía tendríamos que expresar que es más agradable y útil vivir la experiencia de decidir sobre el fenómeno económico, que el simple escribir acerca de él; y que, por los tiempos que corren, según nuestras edades, todo lo que vemos arroja las semillas de una revolución económica que llegará ineludiblemente, y a la cual no tendremos la alegría de asistir.
        Sin embargo, los jóvenes serán felices, si desde ahora hacemos cosas prácticas y eficaces para generar en el mundo una superior economía, sin desempleo, con alta productividad de los bienes y servicios necesarios, y con una justa distribución de los mismos.
        Para lograr lo anterior, los mexicanos debemos de partir de la realidad, nuestra economía para bien o para mal está enganchada directa y sólidamente a la economía de los Estados Unidos de América, y no como socios, sino como subordinados.
        Por fortuna, desde un pragmatismo doloroso, la mejor economía del mundo sigue siendo la de nuestros vecinos del norte. Ellos han sabido retrasar su ocaso como imperio, a costa de muchos.
        Si la recesión llega a los EU, nos pegará más drásticamente a nosotros. Si la recesión no toca al eje del imperio tampoco nos afectará. Si ellos crecen nosotros creceremos, pero en mucho menor rango.
        Debemos darnos cuenta de que la economía mexicana camina sin propio manual de instrucciones, ya que anda al son que le toquen los poderosos intereses gringos.
        El optimismo de las autoridades mexicanas y el pesimismos de los demás sectores, conforme al crecimiento del producto interno bruto como lo observa agudamente Beatriz Pagés Rebollar, son relevantes para los efectos internos, pero sin importancia para el gran fenómeno económico de carácter mundial.
        Nada es eterno. La caída del impero americano advendrá, pero la derrota del capitalismo gringo no se ve en el horizonte cercano, ni garantiza nuestro éxito. México debe actuar en consecuencia, con toda responsabilidad.