Al
morir desterrado en París y en la miseria José María Luis Mora, el 14 de julio
del 1850, dejó como único legado material su retrato pintado al óleo en
Londres, cuando fue embajador de México en Inglaterra.
Su
leal sirviente mexicana Juana Nava, quien le cerró los ojos y en soledad le
acompañó en sus estertores agónicos, fue la legataria de dicha pintura.
Juana
fue repatriada a costa del gobierno mexicano a la muerte del doctor Mora, y la
pintura vino con ella como su más valioso patrimonio. De esto nos dio cuenta
Arturo Arnaiz y Freg, (1915-1980) conspicuo defeño, nómada investigador, e
intelectual brillante: "... el cariño que sentía por la memoria de su amo
le impedía tolerar que la más leve capa de polvo empañara su efigie. Para
contemplarlo limpio y reluciente todos los días lavaba la tela con estropajo y
con jabón. A su celo debemos atribuir la pérdida definitiva del más fiel
retrato que de José María Luis Mora nos quedaba."
Así,
Juana acabó materialmente con el cuadro a causa de su cariño. En el fondo, éste
es un ejemplo de uno de esos amores que destruyen, ya que la bayeta y las
espumas sólo fueron instrumentos.
Muestras de esos amores que matan
hay por doquier. México en este año 2012 padece el ardiente y amoroso cariño
que Andrés Manuel López Obrador siente por la "democracia", su
democracia, la democracia en amarillo.
Según su visión, y su ley, para que
hubiera habido "democracia" en el reciente proceso electivo, a la
Presidencia de la República, debía haber ganado él mismo, AMLO; empero, como no ganó, la elección es antidemocrática e
inconstitucional, y debe anularse.
6 presuntas violaciones
constitucionales, según argumentan los seguidores de esa supuesta izquierda
democrática, alteraron el resultado electoral: "inequidad en la contienda;
inducción del voto publicitando que Enrique Peña Nieto iba 18 puntos arriba de López;
rebase del tope de gastos para la campaña por más de 14 veces en el caso de
Enrique; compra de votos por el PRI con dinero en efectivo, despensas y enseres
domésticos; uso de recursos públicos de los gobiernos tricolores; y, creación
de estructuras ilícitas para financiamiento."
Pero ninguna de esas 6 presuntas causales han podido
probar; y en su conducta contradictoria tanto afirman, mintiendo, que ya
aportaron todas las pruebas, como angustiosamente hacen llamados emergentes a sus
simpatizantes para que aporten los elementos probatorios de dicha demanda.
Y para colmo, esas 6 ilicitudes que denuncian las cometieron
ellos mismos, el propio PRD y sus acompañantes coaligados, junto con su
candidato Andrés Manuel, ante la vista de todos los mexicanos.
En Michoacán, esos amorosos demócratas de color amarillo
se dieron vuelo con el gasto público, generando la más gigantesca deuda estatal
que ojos humanos vieran, y el más grande de los desórdenes administrativos y
financieros padecidos en siglos.
Esos amores lopezobradoristas terminarán matando a la
democracia, ¡si la hubiese!