El discurso del Presidente Felipe
Calderón Hinojosa, pronunciado hace unos días ante panistas, ofende a la
mayoría de los michoacanos que salimos a votar el 13 de noviembre próximo
anterior.
En mi caso, como simple ciudadano
emití mi voto a favor del PRI en todas las boletas. Lo hice por convicción.
Nadie me obligó a ello. Ningún crimen organizado me indujo a emitir mi sufragio
de esa manera. Responsablemente rechacé a los dos pésimos gobiernos del PRD en
Michoacán, y a los dos malos gobiernos del PAN en el país.
Y así lo hicieron varios cientos de
miles de michoacanos, incluyendo a decenas de integrantes de mi familia, y a
centenares de amigos. Todos fuimos a votar para echar fuera del poder a los
amarillos, y para que no llegaran los azules.
Muchos nos vimos y nos saludamos en
la casilla respectiva. Observamos que en paz, y sin coacción de ninguna
especie, cumplimos nuestro deber ciudadano. Después, todo ello ha sido motivo
de charla en reuniones subsecuentes. Logramos con toda limpieza el objetivo.
Por ello nos extrañan y escarnecen
las palabras del Presidente Calderón: "Ricardo Guzmán, alcalde de La
Piedad... fue asesinado por los criminales... es una muerte que está impune...
él es un héroe y un mártir... Hay un problema que está afectando a su querida
Piedad, y que está afectando al Estado de Michoacán, y es la presencia criminal
que lo asesino... y el día de la elección publican un desplegado... en el A. M.
de La Piedad, en donde amenazan a la gente de que si votan por el PAN, la van a
matar... Es la presencia del crimen organizado en las elecciones... Y nos
dicen: pruebas. Ahí está la prueba... Y, ¿a quién beneficia la acción de los
criminales? Esta pregunta tiene que ser respondida."
Desde luego, es lamentable la muerte
de todo ser humano, o el de más de 50 mil humanos; pero, el dolorosísimo
asesinato de Ricardo en La Piedad auxilió a que ganara el PAN en toda aquella
región. Cualquier análisis político objetivo dará esta respuesta que tanto
busca el Ejecutivo Federal.
Por otra parte, La Piedad no es todo
Michoacán ni todo México. Este tipo de inducciones inconsistentes siempre nos
llevarán a error.
Es delito grave el homicidio
calificado en contra de Ricardo, y no sólo lo ofendió a él y a su respetable
familia, sino que ofende a todo michoacano, y a todo mexicano. Lo agrava a
mayor grado el desplegado al que se refiere el Presidente de México; pero,
siendo así, el aclararlo, perseguirlo, juzgarlo, y ejecutar la sentencia
definitiva corresponde tanto al gobierno federal como al del estado, y no a los
ciudadanos que votamos, ni a los ciudadanos que resultaron electos, sin ocupar
aún sus cargos.
Por esos hechos, sin investigar, no
se van a anular las elecciones en Michoacán; pero, por la incapacidad para
investigar esos hechos si deberían caer gobiernos.