miércoles, 25 de mayo de 2011

OBJETO DEL IMPERIO

Política Exterior Mexicana
OBJETO DEL IMPERIO                                                                       
            Son humillantes los intercambios comerciales entre Estados Unidos de América con México. Jacobo Zavludovsky suele decir que nuestro país le paga con naranjas, a los EU, el jugo empaquetado que le compra.
            No sé si ese ejemplo será una exageración de quien conduce el más escuchado noticiera de la radio en todo el territorio patrio, De una a tres, pero lo que es auténticamente cierto es que pagamos con petróleo, a nuestros vecinos del norte, las gasolinas que nos venden.
            Y esas humillaciones no sólo se padece en asuntos de índole comercial, sino también en una materia que antes era todo un símbolo de nuestra soberanía, y orgullo de nuestros hermanos latinos: la política internacional mexicana.
            Ahora, con los gobiernos mexicanos entreguistas, la hacemos de todo: esquiroles, prestanombres, mozos de estribo, mandaderos, lamebotas, y algunos otros trabajillos de menor importancia a cargo de nuestras más importantes autoridades diplomáticas.
            El gobierno mexicano, por indicaciones del de los EU, propone para el cargo de director del Fondo Monetario Internacional a Agustín Carstens, actual director del Banco de México, quien antes fuera secretario de Hacienda y Crédito Público de nuestro país con la autorización del gobierno estadunidense, y quien como subdirector en el FMI estaba al servicio de la secretaría del Tesoro de los EU.

            Desde hace algunos años Dominique Strauss-Kahn, quien por ciertas o supuestas ansiedades sexuales renunció a la dirección del FMI, repetía lo externado por el gobierno americano: “Seré el último director del FMI que responda a la norma no escrita de que el cargo lo debe ocupar un europeo”.

            Y la Casa Blanca dispuso que se registrara a Carstens, en afectación a los europeos, pero sin ser ella la proponedora, a afecto de tener mayor margen de maniobra, conforme a las circunstancias que generen las resistencias.
            El gobierno mexicano lo ha presentado así: “Carstens es un candidato excepcionalmente sólido para asumir esa enorme responsabilidad", y quién sabe si esté sólido, pero si se encuentra considerablemente voluminoso. Y esa enorme responsabilidad la andaba ejerciendo Strauss en Nueva York, a todo lo que daba el sexo.
            Y para colmo, con más humillación, el próximo embajador de los EU en México será Earl Anthony Wayne, dinámico y vertiginoso, experto en relaciones complejas, especialista en países en guerra, y quien directamente llega de Afganistán, al parecer actualmente una nación más tranquila que México.
            Ha perdido tanto la diplomacia mexicana, como la política interior de nuestro país. Antes éramos sujetos en la política internacional, ahora sólo somos objetos de ella.