miércoles, 27 de abril de 2011

APRESURADOS EN LA CENSURA

Resentimiento en Todos
APRESURADOS EN LA CENSURA                                                                           
            El día de ayer, durante una reunión privada con empresarios de Nayarit, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa expresó: “Nuestras instituciones están totalmente debilitadas, es necesario fortalecerlas”.
            Siendo cierta esa aseveración, más importante que buscar culpables es encontrar cómo fortalecerlas, y sobre esto fue omiso el Ejecutivo Federal.
            Debilitadores de las instituciones hay muchos, pero gente responsable y de talento que nos pueda ofrecer ideas para valorar qué instituciones son salvables, y cuáles deben ser salvadas, son pocas; y menos son los mexicanos que con sus acciones eficaces pueden ser los operadores confiables de ese urgente proyecto.
            Empero, lo que todos observamos, es que si el propio Presidente de la República diagnostica ese debilitamiento, esa extenuación, esa impotencia, de las instituciones mexicanas, y no dice qué va a hacer, ni se ve que haga nada al respecto ni nos pide que hagamos algo concreto, preciso, posible, aceptable, su simple y pública expresión debilita más a esas instituciones nacionales, estatales y municipales.
            Otro fenómeno a la vista es que el México superficial, el de los medios masivos de comunicación, el de la alta actividad política, económica, educativa, social, y religiosa, parece un campo de combate, en donde persiste una guerra civil atemperada de todos contra todos.
            Diputados contra senadores, ejecutivo contra legislativo, legislativo contra judicial, policías contra ejército, fuerzas armadas contra todo lo que observe dudoso, maestros entre sí, padres de familia contra maestros, rectores contra el IFE o contra los que tienen a su cargo la alfabetización, comuneros contra ejidatarios, ejidatarios contra pequeños propietarios, miembros de los cabildos entre sí.
            Sin un Presidente de México respetado, honorable, fuerte, confiable, eje de un sistema político que proviene, en su estructura real, desde la independencia del país, y que lleva muchos decenios de conformación, todos andan como perritos sin dueño, mordiéndose los unos a los otros.
            Obvio que regresar a lo de antes es imposible, e indeseable, y debemos de partir, sin más, de la lacerante anárquica real de este momento, para ir conformando estructuras institucionales del presente y del futuro.
            Y uno de los problemas con el que nos encontramos es el que confronta “la orfebrería que ha sido relegada”, según René Pineda Carbajal, destacado orfebre de Huetamo, “pues la gente prefiere la bisutería”, conforme nota periodística de nuestra compañera Fany Almazán Gómez; claro, esto aplicado en las diversas áreas de nuestra realidad social.
            Como un simple ejemplo tenemos que el poder político en Michoacán se ejerce, con orgullo ostentoso, por gente de “bajo perfil”, es decir, por bisutería, pues el tiempo de los orfebres quedó atrás.
            Lo mismo padecemos en la economía, en la educación, y en todo el espectro social: es el tiempo de la bisutería.
            Los próximos orfebres saldrán de crisoles populares. Cherán, pueblo organizado, puede ser un ejemplo a seguir para todo el país, al margen de partidos políticos y activistas tendenciosos repletos de mañas.
            Cherán defensor de sus bosques nos suma a todos. Cherán exigiendo respeto a los talamontes, a los delincuentes, a las deshonestas autoridades estatales, federales y municipales, tiene nuestra solidaridad y apoyo. Un Cherán unido sin resentimientos ni internos ni externos es valioso, al igual que si su censura crítica no es apresurada, sino positiva y eficaz.