miércoles, 9 de febrero de 2011

ALGO DE ARITMÉTICA

En Toda Moral
ALGO DE ARITMÉTICA                                                             
            Carmen Aristegui Flores ha ejercido el periodismo, desde hace muchos años, con especial profesionalismo. Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas de UNAM, y el primer trabajo en donde le recuerdo es en el Canal 13, cuando era esta televisora parte del patrimonio estatal, y ella una novel presentadora.
            Tiempo después hizo pareja laboral con el también egresado de la misma facultad Javier Solórzano Zinser, como conductores de programa; y debido a su rectitud y márgenes amplios de independencia, fueron separados y rescindidos sus contratos.
            A fechas recientes su labor periodística la efectúa en el canal televisivo CNN en español, realizando diariamente entrevistas a personajes destacados de diferentes áreas, ideologías, y nacionalidades. Con gran desenvoltura formula las preguntas y/o cuestionamiento, observándosele respetuosa y preparada.
            Sé que escribe en el Diario Reforma, y supe también que había sido contratada para un programa de radio en MVS; y aquí es donde actualmente han cancelado su participación, y esto ha levantado polémica.
            El motivo externado por los directivos de tal medio masivo de comunicación es el señalamiento preciso de que Carmen “transgredió la ética periodística”.
            De manera concreta comunicó esa empresa radiofónica, el lunes próximo pasado, que no era aceptable que Aristegui, o cualquier otro periodista, divulgara “un rumor como si fuese una información o noticia”.
            Indicando, además, que “en nuestro código de ética nos comprometemos a rechazar la presentación y difusión de rumores como noticias".
            Y cualquier empresa, como persona moral, tiene derecho a tener un código de ética, al igual que las personas físicas; por ello, cuando se establece un vínculo laboral, o simplemente contractual, entre una persona moral y una persona física, en las cláusulas jurídicas deben estamparse clara y precisamente los derechos y obligaciones de ambas partes.
            Empero, lo que no puede ni debe hacerse es que de forma unilateral una de esas partes aplique la justicia por su propia mano. Carmen Aristegui, ante el hecho, había guardado silencio, pero el día de ayer ofreció su punto de vista en una rueda de prensa, diciendo: “Mi salida de la radio es un acto autoritario, desmedido e inaceptable, y sucede sólo en dictaduras que nadie quiere para México, donde se castiga por opinar…” Y su opinión fue sobre la necesidad de que la Presidencia de la República manifieste algo sobre la salud del Presidente de México.
            A mí, eso, no me parece que transgreda, en lo más mínimo, una ética periodística a la altura de los tiempos que vivimos. Si así fue, no veo justo que le hayan cancelado su contrato. A todos nos interesa la salud del Presidente, como también nos interesa la salud de 2 ó 3 diputados federales que ponen en jaque mate a las sesiones de su propia Cámara, promotores naturales del escándalo, busca bullas contumaces, provocadores grotescos.
            Todo se puede decir, pero aun los que gozan de fuero y no pueden ser reconvenidos por sus opiniones, deben ser responsables, razonando con inteligencia, y fundamentando con derecho, sus manifestaciones y pedimentos.
            Por lo que ve a la ética, con la naturaleza normativa que le es propia, todos debemos de actuar conforme a nuestros principios y valores, congruentemente, aun a sabiendas de que algo de aritmética tiene toda moral. Más la ética de cierto tipo de empresas, y de cierto tipo de diputados.