miércoles, 22 de diciembre de 2010

NAVIDAD SIN EMPLEO

Frío, Hambre, Desesperanza
NAVIDAD SIN EMPLEO                                                            
            Al escribir este trabajo observo que estamos a 3º grados centígrados respecto a la temperatura ambiental, como también todos hemos visto que existen seres humanos que viven en la calle, bajo los puentes, por fuera de los rincones inhóspitos de los grandes almacenes.
            Obvio que esa gente tiene frío, pero no debe tener la incomprensión de la sociedad que los produce. En esa marginación social existen niños, adolescentes, jóvenes, adultos, y hasta personas de la tercera edad.
            Alguien debe atenderlos, y no sólo con asistencialismo pasajero ni limosnas aisladas, sino con todo un programa de recuperación que los inserte en un sistema productivo y les dé las oportunidades del desarrollo.
            Además de frío tienen sed de invierno, pues ya ha llegado la dura estación, carecen de alimento, y portan una desesperanza que duele mirarlos.
            Personalmente debemos ofrecerles, hasta donde nos sea posible, la labor de que limpien el parabrisas del auto a cambio de algunas monedas, apoyarlos con algún dinero por su espectáculo acrobático a la mitad del arroyo de la avenida, o comprarles los chicles y dulces que suelen ofertar.
            Empero, socialmente, el gobierno mexicano, la federación, el estado y el municipio, deberían regular, vigilar, y evaluar su actividad, brindándoles ayuda para que puedan vivir y dormir en albergues colectivos decorosos, con los servicios indispensables para su subsistencia.
            Pero, sobre todo, generándoles empleos productivos, e incluyéndolos en sistemas educativos que les permitan desenvolverse al obtener conocimientos, actitudes, valores y habilidades.
            Nuestras graves enfermedades, como sociedad, nos vienen de estas desatenciones. Hizo bien en prometer Felipe Calderón Hinojosa que él iba a ser el Presidente del Empleo; ha hecho muy mal su trabajo, al menos en este renglón, por no haber cumplido su promesa de campaña.
            Lamentablemente ha acontecido lo mismo con la administración gubernativa de Leonel Godoy Rangel, en eso de la generación de empleos productivos.
            Y no es que de manera individual ambos gobernantes, uno de país, y otro del Estado, no quieran en forma personal crear una política de empleo plano, sino porque el sistema que los creó y los sustenta en el poder no se los permite.
            Es indispensable que la mayoría de los mexicanos tengamos la decisión de cambiar, y sepamos cambiar a nuestro sistema de organización socioeconómica, a efecto de que todos podamos, por el sólo hecho de haber nacido, tener asegurado una plaza en la planta productiva de México. Y para esto se requiere trabajar, estar acostumbrado culturalmente al trabajo, valorando lo que es la fuerza del hombre para vencer resistencias, conociendo cómo se produce más con menos, entendiendo que el trabajo colectivo y organizado tiene un aumento geométrico en sus resultados, aceptando que es indispensable la acumulación de capital para la creación en empleos, sabiendo que esa acumulación de capital no necesariamente debe ser de un solo individuo ni de una exclusiva familia, sino que puede corresponder a una propiedad social.
            Asegurando, por todos los medios, la honorabilidad y honradez personal de todos los mexicanos, tanto en forma económica como política, educativa, jurídica, religiosa, ética y familiar.
            En fin, al terminárseme el espacio periodístico que me ofrece El Sol de Morelia, lo que deseo es que nunca jamás tengamos una Navidad sin empleo; que el hambre, el frío y la desesperanza sean cosas del pasado.