lunes, 13 de diciembre de 2010

HUMANISMO CON CARÁCTER

José Servando Chávez Hernández
HUMANISMO CON CARÁCTER                                                                      
            Halagar a quien está en el poder, sólo por buscar sus favores, y lanzarse en contra de quien no lo tiene únicamente por la satisfacción de causar daño, forma parte de una pésima costumbre, practicada por espíritus ruines.
            El elogio o la crítica para un ser humano deben tener sus razones, sus tiempos, sus espacios, y sus dosis.
            Los cultivadores de los personajes importantes terminan por ser grotescos. Los aplaudidores oficiales, y a veces oficiosos, que tienden a glorificar al amo en turno para la obtención de provechos personales, son tan trágicos como cómicos.
            Empero, también en el reverso de la medalla existe patetismo. Para esos destructores de todo y de todos no hay hombre honrado ni mujer decente. Nada está bien ni nadie vale nada. Critican universalmente a lo que los rodea, y si Usted les concede la razón, estimado lector, será suficiente motivo para que ellos se vayan en su contra.
            Ante esos dos extremos tan aciagos, asaz azarosos, me dio gusto encontrarme en Zitácuaro a gente que se asoció para rendir un reconocimiento a José Servando Chávez Hernández, gobernador de Michoacán en los años de 1970 a 1974.
            El reconocimiento para José Servando se encuentra lejos de ser una lisonja engatusadora. A una distancia de 40 años del inicio de aquel mandato, o de 36 años de su conclusión, sus reales aciertos, o sus posibles equívocos, forman parte ya de un pasado que tiende al olvido.
            Ese es un lapso suficiente para valorar una administración gubernativa. Y en esa región oriente del Estado lo recuerdan por la carretera de Zitácuaro,  Tuzantla, Huetamo, San Lucas, más las inversiones que aplicó en escuelas, ahora tan descuidadas.
            Una escultura en bronce de Chávez Hernández fue develada en la Avenida Suprema Junta Nacional Americana de Zitácuaro, obra del artista Hugo Yáñez. Con este monumento el homenajeado quedó bien reproducido escultóricamente, y excelentemente comprometido para que con su conducta y su trabajo siga sirviendo a Michoacán y a México, sin importar su edad ni su condición física.
            Es, José Servando, un hombre de carácter, trabajador y ejecutivo. Cuando ejerció como gobernador, su esposa Yolanda García Santacruz, tan activa como él, le auxilio con acierto en diferentes labores, hoy recordadas. Sus hijos y sus nietos tienen en ellos tanto un orgullo como un ejemplo.
            En Morelia, en aquel ejercicio administrativo, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo obtuvo la entrega de cerca de 72 hectáreas de terreno, en donde actualmente se sigue construyendo la Ciudad Universitaria; y se logró en ese entonces que el Gobierno Federal, con la participación proporcional del Estado y del Municipio, construyera tres cuartas partes del Libramiento que circunda actualmente a la ciudad, y que en su parte sur se denomina la Avenida de Las Camelinas.
            El tiempo pasa para todos, aunque de diferente manera. A pesar de los quebrantamientos de salud que ha tenido José Servando, con matiz político, pero como abuelo, no deja de ejercer don de mando en los integrantes de su hogar, y como un universitario de ejercicio intelectual prosigue con un perfil humanista, al margen de los embates temporales.
            Así, el paso y el peso de los años hacen que los seres humanos cambiemos las formas de nuestros sueños, en busca de la conciliación y la concordia, para no dejar hilos sueltos.