miércoles, 8 de diciembre de 2010

INFORMES DE ENGAÑO

Pésima Distribución
INFORMES DE ENGAÑO
                                                                                 
            Recién ha informado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que en materia educativa México ocupa el último de los lugares. Con esta noticia nos deja la idea precisa, pero incierta, de que somos la peor educación en el mundo.
            Sin embargo, no es así, porque incluso la propia organización internacional informante, en su misma nota, empieza a tamizar sus datos emitidos, al asegurar que estamos haciendo un esfuerzo para adelantar.
            Por ejemplo, y por otra parte, esa organización para el desarrollo económico sólo cuenta con 33 países miembros, por lo que en ese informe no se ha calificado a cerca de 167 naciones. ¡Vamos!, en principio, la educación en México, dentro de los afiliados al OCDE, ocupa el último lugar, el número 33.
            Pero, desde otro ángulo, los países más desarrollados del orbe son miembros de la OCDE: Canadá, Estados Unidos de América, Suecia, Dinamarca, Japón, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Francia, Noruega, Alemania, y otros de ese peso.
            Además, debemos agregar que la más reciente de las evaluaciones ha sido, sobre todo, en relación a la lectura y a las matemáticas, sin contar otras áreas en donde nos hemos elevado, al menos un poquito.
            También tenemos que considerar que la mayoría de los inscritos en esta organización internacional tienen un sistema de distribución mejor que la nuestra; es decir, que si evaluara cuál de los 33 pueblos tiene al más rico y al más pobre, sin lugar a dudas lograríamos el primerísimo lugar.
            En eso de los extremos ocupamos un sitio destacado. Carlos Slim con cerca de 50 mil millones de dólares, y Juan Pueblo sin empleo, con ocho hijos, y sin nada en los bolsillos ni en el estómago, salvo lombrices y parásitos.
            Además, a la OCDE deberíamos preguntarle a quiénes está evaluando; porque en realidad, si bien es cierto que México sólo hay uno, a la vez es verdad que tenemos varios Méxicos. Y esto que resulta contradictorio forma parte de nuestra dialéctica social.
            Porque así como se encuentra terriblemente mal distribuida la riqueza, de esa misma mala suerte se encuentran perversamente mal distribuido todo. La educación, el poder político, el trabajo duro, el ocio, la cultura, la vergüenza, le felicidad, todo forma dentro de un sistema que al parecer tiene como única finalidad mal repartirlo todo.
            Lo bueno les toca a muy pocos, y en abundancia; lo malo, a la mayoría de desheredados de la fortuna, por y al nacer en una organización social de explotados y explotadores tan desalmados.
            En México existen niños, jóvenes, adultos, y adultos mayores, con educación y cultura de excelencia, que bien pueden competir, y con ventaja, con los mejores del mundo. Lamentablemente son pocos.
            Aquí también viven millones de mexicanos con deficiencias educativas y culturales que hacen que el OCDE nos coloque en el último lugar de sus 33 agremiados.
            Por esa deplorable distribución de los bienes y de los servicios de México, más nos vale no andar lanzando en nuestros informes las campanas a vuelo con logros pírricos, absurdos, insostenibles, ante la multitud de necesidades que exigen, de nuestra inteligencia y trabajo, atención inmediata.
            El engaño de los informes nos arrastra a los informes del engaño.