lunes, 25 de enero de 2010

ABUNDANTES PALABRAS


A Escasez de Ideas
ABUNDANTES PALABRAS
                                    
            Cada vez que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos ejerce su facultad de fijar tanto el salario mínimo general en las zonas económicas en que ha dividido a México, como los salarios mínimos especializados, todos los políticos, líderes, legisladores, funcionarios públicos, se lanzan en contra de esa comisión exigiendo su desaparición inmediata.
            Pero la irritación de tantos palabreros queda en nada a los pocos días; se esfuma su supuesto enojo, y año tras año es el mismo circo verbal, para después venir las declaraciones de todas las corporaciones patronales a declarar que es imposible dar mayores alzas salariales.
            Y el obrero sin voz, sin líderes eficaces y honorables, sufre una nueva agresión a su ya por sí débil economía. Ante esta realidad, ni los oportunistas críticos ni los patrones ambiciosos dan razonamiento de sus posturas. Tampoco la Comisión Nacional de Salarios Mínimos motiva sus resoluciones anuales, que no son más que las órdenes que el Poder Ejecutivo Federal da a través de ese intrascendente y costoso organismo.
            En fin, dicha Comisión sigue gozando de cabal salud, mientras los trabajadores sufren la agresión de los desatinos gubernativos. Eso sí, abundan las declaraciones, en la medida que escasean las ideas. Siempre es así, a mayor cantidad de palabras, menor número de conceptos.
            Como un cercano ejemplo de este hablar sin sustento razonable tenemos la afirmación del secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, avalada por Agustín Carstens, director del Banco de México: “La recuperación económica en el país ha comenzado ya”, expresada sin ningún empacho hace días en Washington, D. C., la capital del imperio.
            Sin argumentar respecto a qué, a quién, por qué, cómo, ha comenzado ya esa recuperación económica; sin explicar las causas de esa recuperación, y sin señalar los efectos de la misma, con sus alcances y coberturas. Nada, sólo la frase que, ante la lacerante realidad, se percibe como una burla.
            Esa afirmación puede enlistarse en las noticias erráticas y absurdas que mi amigo Gumersindo Borgo me ha enviado de publicaciones que circulan en Michoacán, en México, o en otros países: “Un avión se estrella en Turquía por tercera vez en lo que va del año”; “Potente telescopio divisará objetos a 100 metros”; “Ayer la Corona Británica embistió al actor Roger Moore con el título de caballero”; “Se encuentran estables los heridos en emboscada fiscal”; “Este jugador de fut bol se fracturó el dedo derecho del pié pequeño, lo que le impedirá seguir jugando”; “El recorrido se hará a pié, salvo las personas mayores y los decapitados, los que irán en ambulancias de la Cruz Roja”; “Hay peligro de que prosiga la guerra intestinal entre las tropas estadunidenses y Al-Qaeda”; “Se realizará esta actividad de difusión del Sida a la 11 horas en la Plaza de Armas”; “A Carlos Slim se le estima una millonaria fortuna con muchos ceros a la izquierda, en dólares”; “Esta ruta hacia la costa fue utilizada por varios monarcas tarascos en el siglo XXIII”; “Se venden siete novicias cebú de la tierra caliente”; “Un bebé de 21 años resultó ileso al caer de un segundo piso”; y, “La autopsia confirmó al 100% la muerte de la pareja”.
            No cabe duda que nuestro lenguaje ofrece la imagen exacta de quiénes somos. ¿“La recuperación ha comenzado”?, cuando la recuperación es siempre el final de un proceso, no el inicio.