lunes, 22 de diciembre de 2014

Cuba y EU
CADA QUIEN SU PROPIO SUEÑO
        Nada más grato, en política internacional, que el trascendente acercamiento amistoso entre el gobierno estadunidense y el gobierno cubano, quienes durante más de 52 años se han dicho hasta lo indecible, y se han hecho de todo.
        Qué doloroso que México, quien debió de haber sido el natural conciliador de esos dos vecinos antaño irreconciliables, haya quedado, al parecer, fuera de la diplomacia de las grandes ligas.
        Hoy, más que nunca, muchas cosas debemos reconocerle a Cuba y, desde luego, a la forma magistral con la que Fidel Castro manejó la política de su país en situaciones tan adversas, pero con una dignidad y congruencia a toda prueba. Los años lo han menguado en su individualidad física, cosa humana que nos pasa o nos pasara a todos, pero la Historia, así con hache mayúscula, no sólo lo ha absuelto, sino registra ya su grandeza.
        La falta del decoro, de muchos gobiernos de América, hizo que Fidel asumiera la honorabilidad de todos los deshonrados y, de muy diversas maneras, dio la cara por toda Latinoamérica. Eso es lo que he venido observando, y de eso doy testimonio.
        Fue Fidel maestro vital de muchas generaciones, dentro de una de ellas se encuentra Raúl Castro, su hermano, y actual Presidente de esa República hermana; empero, con ambos, la seriedad, la congruencia, la solidez, con que se ha manejado la política exterior de ese país, está, y seguirá, dando frutos.
        Empero, también el Presidente estadunidense Barack Obama tiene gran mérito en el anunciado proyecto para restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba. Sus recientes quebrantos electorales en EU, y sus equívocos en los conflictos armados del Medio Oriente, se observarán reducidos con este genial golpe de timón sorpresivo respecto al gobierno cubano.
        Las consecuencias de este restablecimiento de vínculos diplomáticos serán variadas, y no sólo para esos dos países, sino para México, Latinoamérica, y para todo el mundo. Es inimaginable lo que nos provocará globalmente.
        Cuando se rompieron esos lazos entre Cuba y EU, a principio de los años sesentas del siglo XX, se contaba un chiste que, después, lo han querido pasar como anécdota. Se platicaba que Ernesto Che Guevara le preguntó a Fidel Castro: Escucha Fidel, ¿para cuándo crees que podamos restablecer las relaciones con Estados Unidos?
        Y Fidel le contestaba: Mira Ernesto, creo que eso se dará, cuando haya un Presidente de color en los EU, y un Papa argentino en El Vaticano. Eso quería decir que era imposible.
        Chiste o anécdota, curiosamente hoy se ha dado, con un Presidente Obama de color, y un Papa Francisco de origen argentino. Ahora, vivimos tiempos en que lo imposible es posible.
        Hoy por hoy, la gente en el mundo se pregunta: "¿quién tendrá la razón, Obama o Castro?"; y para ambas opciones hay simpatizantes.
        Lo notable es que ambos tiene razón, porque cada quien tiene su específico proyecto, su propio sueño, y uno y otro sacará ventajas.