Cuba y EU
CADA QUIEN SU PROPIO
SUEÑO
Nada más grato, en política
internacional, que el trascendente acercamiento amistoso entre el gobierno
estadunidense y el gobierno cubano, quienes durante más de 52 años se han dicho
hasta lo indecible, y se han hecho de todo.
Qué doloroso que México, quien debió de
haber sido el natural conciliador de esos dos vecinos antaño irreconciliables,
haya quedado, al parecer, fuera de la diplomacia de las grandes ligas.
Hoy, más que nunca, muchas cosas debemos
reconocerle a Cuba y, desde luego, a la forma magistral con la que Fidel Castro
manejó la política de su país en situaciones tan adversas, pero con una
dignidad y congruencia a toda prueba. Los años lo han menguado en su
individualidad física, cosa humana que nos pasa o nos pasara a todos, pero la
Historia, así con hache mayúscula, no sólo lo ha absuelto, sino registra ya su
grandeza.
La falta del decoro, de muchos gobiernos
de América, hizo que Fidel asumiera la honorabilidad de todos los deshonrados
y, de muy diversas maneras, dio la cara por toda Latinoamérica. Eso es lo que
he venido observando, y de eso doy testimonio.
Fue Fidel maestro vital de muchas
generaciones, dentro de una de ellas se encuentra Raúl Castro, su hermano, y
actual Presidente de esa República hermana; empero, con ambos, la seriedad, la
congruencia, la solidez, con que se ha manejado la política exterior de ese
país, está, y seguirá, dando frutos.
Empero, también el Presidente
estadunidense Barack Obama tiene gran mérito en el anunciado proyecto para
restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba. Sus recientes quebrantos
electorales en EU, y sus equívocos en los conflictos armados del Medio Oriente,
se observarán reducidos con este genial golpe de timón sorpresivo respecto al
gobierno cubano.
Las consecuencias de este restablecimiento
de vínculos diplomáticos serán variadas, y no sólo para esos dos países, sino
para México, Latinoamérica, y para todo el mundo. Es inimaginable lo que nos
provocará globalmente.
Cuando se rompieron esos lazos entre
Cuba y EU, a principio de los años sesentas del siglo XX, se contaba un chiste
que, después, lo han querido pasar como anécdota. Se platicaba que Ernesto Che
Guevara le preguntó a Fidel Castro: Escucha Fidel, ¿para cuándo crees que
podamos restablecer las relaciones con Estados Unidos?
Y Fidel le contestaba: Mira Ernesto,
creo que eso se dará, cuando haya un Presidente de color en los EU, y un Papa
argentino en El Vaticano. Eso quería decir que era imposible.
Chiste o anécdota, curiosamente hoy se
ha dado, con un Presidente Obama de color, y un Papa Francisco de origen
argentino. Ahora, vivimos tiempos en que lo imposible es posible.
Hoy por hoy, la gente en el mundo se
pregunta: "¿quién tendrá la razón, Obama o Castro?"; y para ambas
opciones hay simpatizantes.
Lo notable es que ambos tiene razón,
porque cada quien tiene su específico proyecto, su propio sueño, y uno y otro
sacará ventajas.