Ultrajante paranoia
temática
VIOLENCIA PARA TODO
Es verdad que tenemos problemas de
violencia; nadie lo puede negar. Es cierto, también, que ha venido descendiendo
el índice de esta furiosa rabia que excita al uso de la fuerza delincuencial,
por diversos motivos.
Subsisten, eso sí, los grupos del
narcotráfico, las organizaciones criminales, y quienes siendo funcionarios de
alto nivel están coludidos con estos delincuentes.
Empero, a esos graves males no debemos
darles, ni el individuo inteligente ni la honrada sociedad, las dimensiones que
no les corresponden. En otras palabras, desde el principio de estos trastornos
esas lamentables desgracias se maximizan, y no para bien, sino para mal,
conduciéndonos a considerar cierta la presunción de que detrás de todo ello
existen intereses comunes entre esa delincuencia y la publicidad sobre excesiva
y deformadora.
Tuve una conversación grata con Eduard Rubenovich
Malayan, embajador de Rusia en México, quien visitó a Michoacán en días
recientes, esparciendo sus conceptos con buen español y una lógica sólida.
Primero me pidió que le explicará la
forma de gobierno y estado que tiene nuestro país en su vínculo con nuestra
entidad federativa, para después externarme su idea sobre Michoacán y Rusia, "emparentadas
por cultura e historia", y a las que los medios masivos del mundo
occidental "con frecuencia unen con información y fotografías pletóricas
de violencia".
Imágenes acuatadas de Michoacán y Rusia
exhibiendo autos incendiados, y fuerzas armadas en confronta bélica con la
delincuencia guarnecida y violenta.
Agregando el embajador que tales notas
"exageran a la realidad", cuando "la inseguridad prevalece en
todos los países del mundo"; y por lo que él nota que "el tema de la
violencia y la inseguridad se ha convertido en una obsesión, por lo que
recomiendo, siempre, superar esa obcecación".
Y es clara la preocupación del
diplomático, pues tomar al narcotráfico, al crimen organizado, a la violencia y
a la inseguridad, como el gran tema de nuestro tiempo, y tenerlo a todas las
horas del día de todo el año en revistas, periódicos, radio, cine, televisión,
internet, en las redes y demás medios masivos de comunicación, es hacerle el
caldo gordo a todos los vividores de esos males, que forman parte de un abanico
amplio y peligroso.
Si seguimos así, trayendo a colación
para todo a esos terribles males, sin ton ni son, nos empantanaremos en una
ultrajante paranoia.
Todos a quienes competa luchar en contra
de esa peligrosa delincuencia deben hacerlo con honradez, eficacia, rapidez, y
calladitos; en cambio, al resto de los mexicanos nos corresponde trabajar en nuestras diferentes áreas de
manera productiva, y buscando reducir la enorme distancia entre el salario del
trabajador y la ganancia del capital.
Y a ese trabajo productivo con buen
sueldo, y a esa ganancia del capital no superior a 25 veces el salario
remunerador, es a lo que debemos publicitar con estimulantes notas informativas
en los mejores espacios de nuestros medios masivos de comunicación.
¡No a la violencia!, ni como
información.