miércoles, 4 de junio de 2014

Ultrajante paranoia temática
VIOLENCIA PARA TODO
        Es verdad que tenemos problemas de violencia; nadie lo puede negar. Es cierto, también, que ha venido descendiendo el índice de esta furiosa rabia que excita al uso de la fuerza delincuencial, por diversos motivos.
        Subsisten, eso sí, los grupos del narcotráfico, las organizaciones criminales, y quienes siendo funcionarios de alto nivel están coludidos con estos delincuentes.
        Empero, a esos graves males no debemos darles, ni el individuo inteligente ni la honrada sociedad, las dimensiones que no les corresponden. En otras palabras, desde el principio de estos trastornos esas lamentables desgracias se maximizan, y no para bien, sino para mal, conduciéndonos a considerar cierta la presunción de que detrás de todo ello existen intereses comunes entre esa delincuencia y la publicidad sobre excesiva y deformadora.
        Tuve una conversación grata con Eduard Rubenovich Malayan, embajador de Rusia en México, quien visitó a Michoacán en días recientes, esparciendo sus conceptos con buen español y una lógica sólida.
        Primero me pidió que le explicará la forma de gobierno y estado que tiene nuestro país en su vínculo con nuestra entidad federativa, para después externarme su idea sobre Michoacán y Rusia, "emparentadas por cultura e historia", y a las que los medios masivos del mundo occidental "con frecuencia unen con información y fotografías pletóricas de violencia".
        Imágenes acuatadas de Michoacán y Rusia exhibiendo autos incendiados, y fuerzas armadas en confronta bélica con la delincuencia guarnecida y violenta.
        Agregando el embajador que tales notas "exageran a la realidad", cuando "la inseguridad prevalece en todos los países del mundo"; y por lo que él nota que "el tema de la violencia y la inseguridad se ha convertido en una obsesión, por lo que recomiendo, siempre, superar esa obcecación".
        Y es clara la preocupación del diplomático, pues tomar al narcotráfico, al crimen organizado, a la violencia y a la inseguridad, como el gran tema de nuestro tiempo, y tenerlo a todas las horas del día de todo el año en revistas, periódicos, radio, cine, televisión, internet, en las redes y demás medios masivos de comunicación, es hacerle el caldo gordo a todos los vividores de esos males, que forman parte de un abanico amplio y peligroso.
        Si seguimos así, trayendo a colación para todo a esos terribles males, sin ton ni son, nos empantanaremos en una ultrajante paranoia.
        Todos a quienes competa luchar en contra de esa peligrosa delincuencia deben hacerlo con honradez, eficacia, rapidez, y calladitos; en cambio, al resto de los mexicanos nos corresponde  trabajar en nuestras diferentes áreas de manera productiva, y buscando reducir la enorme distancia entre el salario del trabajador y la ganancia del capital.
        Y a ese trabajo productivo con buen sueldo, y a esa ganancia del capital no superior a 25 veces el salario remunerador, es a lo que debemos publicitar con estimulantes notas informativas en los mejores espacios de nuestros medios masivos de comunicación.
        ¡No a la violencia!, ni como información.