Una feliz noticia
VIDA Y OBRA DE
JESUCRISTO
Un gran imperio: el romano; y un gran
emperador: Constantino I, crearon a una gran religión: al cristianismo.
A principios del siglo IV de nuestra Era
el viejo Imperio Romano se encontraba fragmentado. Varios eran los emperadores
romanos, y las capitales de sus imperios se encontraban desparramadas por
Europa.
A la proclamación como Emperador de los
romanos de Alerio Aurelio Constantino, en el año 306, (d. de n. e.) había
cuatro emperadores, y a esta etapa histórica se le conoce como la tetrarquía.
La audacia e inteligencia de Constantino
convirtió pronto ese gobierno en triarquía, después en diarquía, y para el año
326 establece un imperio sólo personalizado en él.
31 años duró el imperio de Constantino,
unificando al Oriente y al Occidente, dando nacimiento a la monarquía absoluta,
hereditaria, y de origen divino.
Una de sus muchas obras fue el haber
creado, a contentillo del interés romano, a la religión cristiana con hechos
históricos acaecidos en la agudización de las contradicciones generadas por los
textos sagrados de la religión judía.
Constantino adoptó la Biblia, del
judaísmo, y le agregó otros libros bajo la denominación de Nuevo Testamento,
incluyendo a los "evangelios" que dan a conocer la vida y obra de
Jesucristo.
Cuatro evangelios estructuran el testimonio
de la llegada del mesías, presentido y anunciado por profetas, hijo de Dios convertido
en hombre, enviado a la Tierra por Dios Padre para enseñarnos el camino de
salvación a todos los humanos.
Los judíos siguen en espera de su
advenimiento. Constantino I y su equipo gobernante decidieron que ya había
llegado desde hacía más de 3 siglos.
Y el evangelio de Mateo narra,
brevemente, que un ángel dio a conocer a José la concepción virginal de María
para el nacimiento de Jesús en Belén, obteniendo la comprensión de José, "un
hombre justo"; y la adoración al niño por tres magos del oriente, más la
decisión del rey Herodes de matar al niño, lo que ocasionó la huida a Egipto de
José con María y su hijo Jesús, hasta la muerte de Herodes.
El evangelio de Marcos nada dice sobre
este nacimiento, comenzando cuando Juan bautiza al joven Jesús en el Jordán.
En el evangelio de Lucas es a María a
quien el ángel Gabriel anuncia su destino de maternidad virginal. Lo mismo hizo
Dios con Isabel, parienta de María y esposa del sacerdote Zacarías. Ella tuvo por
hijo a Juan el Bautista. Isabel se preocupo tanto de este embarazo que "estuvo
cinco meses oculta, y diciéndose: Esto ha hecho el Señor conmigo, ahora que ha
tenido a bien borrar mi oprobio entre los hombres".
Juan, en su evangelio, relata a partir
de que el Bautista da el primer testimonio sobre Jesús ante los enviados de los
judíos, sin señalar nada sobre su nacimiento, al igual que Marcos.
Estas creaciones y recreaciones
constituyen una gran cultura, y valen, tanto, como el valor de todos y cada uno
de los seres humanos.