miércoles, 18 de diciembre de 2013

A cumplir, señor Presidente
TODAS LAS PROMESAS SOBRE ENERGÉTICOS
        Murió fusilado José María Morelos y Pavón a las cuatro de la tarde del viernes 22 de diciembre del año 1815. En San Cristóbal Ecatepec se llevó a cabo la ejecución. De aquí a dos años estaremos conmemorando el bicentenario de su fallecimiento.
        Mientras, con el centinonagésimo octavo aniversario de su sacrificio casi concluimos la serie programada de homenajes dedicados al bicentenario de los Sentimientos de la Nación presentados por Morelos ante el Congreso de Anáhuac el 14 de septiembre del 1813 en Chilpancingo, actual capital del Estado de Guerrero.
        El 9o y el 10o de esos sentimientos respectivamente manifiestan: "Que los empleos los obtengan sólo los americanos"; y "Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir, y libres de toda sospecha".
        Son, en ambos numerales, Sentimientos de una Nación presentida, o semillas de una Nación en cierne,  ya que en el 1813 se encontraba establecida en lo que hoy es el territorio patrio una colonia española denominada por el propio conquistador Hernán Cortés como Nueva España.
        Son, también, lo que empezaban a sentir los habitantes insurgentes de aquella colonia respecto a sus proyectos futuros; y, por eso mismo, corresponden a las necesidades de aquellos tiempos, tan similares pero tan diferentes de las urgencias del México del 2013.
        En esas semejanzas Morelos percibía que sus compañeros de armas y los simpatizantes de su causa independentista deseaban que los empleos, las oportunidades, las empresas, fueran para la gente local, y no para la extranjera, salvo las excepciones de los forasteros capaces que pudieran auxiliar al desarrollo de la nueva Nación por nacer, y que no fueran personas sospechosas de accionar en contra de la independencia, la libertad, y los demás valores insurgentes.
        La analogía con los problemas de este tiempo, toda proporción guardada, sería que en entrambas épocas se aspira a privilegiar a  los nacidos en lo que hoy es nuestro territorio sobre los extranjeros "en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones... empleos, cargos y comisiones...", tal como lo ordena el último párrafo del artículo 32 de nuestra vigente Carta Magna.
        Y aplicar lo anterior con estricto derecho, a lo que compete a la casi finalizada reforma energética, es lo que exigen los Sentimientos de la Nación del 1813 y 2013.
        Los mexicanos recordamos que el Presidente Enrique Peña Nieto, y los que han votado a favor de la reforma energética, han venido asegurando "que PEMEX y CFE no se privatizan, sino que a la inversa, se fortalecerán; que todos los energéticos que en México se encuentran son exclusivamente de nuestra Nación, y que con esta reforma bajarán de precio en beneficio de todos los mexicanos; que ahora sí, para todos, habrá empleos muy bien pagados; que nuestro producto interno bruto crecerá arriba del 4% anual en este año 2014".
        ¿Y si esto no fuera cierto?