A cumplir, señor
Presidente
TODAS LAS PROMESAS
SOBRE ENERGÉTICOS
Murió fusilado José María Morelos y
Pavón a las cuatro de la tarde del viernes 22 de diciembre del año 1815. En San
Cristóbal Ecatepec se llevó a cabo la ejecución. De aquí a dos años estaremos
conmemorando el bicentenario de su fallecimiento.
Mientras, con el centinonagésimo octavo
aniversario de su sacrificio casi concluimos la serie programada de homenajes
dedicados al bicentenario de los Sentimientos de la Nación presentados por
Morelos ante el Congreso de Anáhuac el 14 de septiembre del 1813 en
Chilpancingo, actual capital del Estado de Guerrero.
El 9o y el 10o de esos sentimientos
respectivamente manifiestan: "Que los empleos los obtengan sólo los
americanos"; y "Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos
capaces de instruir, y libres de toda sospecha".
Son, en ambos numerales, Sentimientos de
una Nación presentida, o semillas de una Nación en cierne, ya que en el 1813 se encontraba establecida
en lo que hoy es el territorio patrio una colonia española denominada por el
propio conquistador Hernán Cortés como Nueva España.
Son, también, lo que empezaban a sentir
los habitantes insurgentes de aquella colonia respecto a sus proyectos futuros;
y, por eso mismo, corresponden a las necesidades de aquellos tiempos, tan
similares pero tan diferentes de las urgencias del México del 2013.
En esas semejanzas Morelos percibía que
sus compañeros de armas y los simpatizantes de su causa independentista
deseaban que los empleos, las oportunidades, las empresas, fueran para la gente
local, y no para la extranjera, salvo las excepciones de los forasteros capaces
que pudieran auxiliar al desarrollo de la nueva Nación por nacer, y que no
fueran personas sospechosas de accionar en contra de la independencia, la
libertad, y los demás valores insurgentes.
La analogía con los problemas de este
tiempo, toda proporción guardada, sería que en entrambas épocas se aspira a
privilegiar a los nacidos en lo que hoy
es nuestro territorio sobre los extranjeros "en igualdad de
circunstancias, para toda clase de concesiones... empleos, cargos y
comisiones...", tal como lo ordena el último párrafo del artículo 32 de nuestra
vigente Carta Magna.
Y aplicar lo anterior con estricto
derecho, a lo que compete a la casi finalizada reforma energética, es lo que
exigen los Sentimientos de la Nación del 1813 y 2013.
Los mexicanos recordamos que el
Presidente Enrique Peña Nieto, y los que han votado a favor de la reforma
energética, han venido asegurando "que PEMEX y CFE no se privatizan, sino
que a la inversa, se fortalecerán; que todos los energéticos que en México se
encuentran son exclusivamente de nuestra Nación, y que con esta reforma bajarán
de precio en beneficio de todos los mexicanos; que ahora sí, para todos, habrá
empleos muy bien pagados; que nuestro producto interno bruto crecerá arriba del
4% anual en este año 2014".
¿Y si esto no fuera cierto?