Salvo prueba en
juicio
NADIE ES TRAIDOR A
LA PATRIA
Urge la unidad reflexiva y consciente,
de todos los mexicanos, en torno a los intereses que nos son propios y comunes.
Una unidad hiperactiva, inteligente y mesurada.
Desde el 27 de septiembre 1821, cuando
se constituye el México independiente que suple a la Nueva España, se requirió de
la unidad, sin lograrse plenamente.
Iniciada nuestra independencia se padecieron
violentas turbulencias de tipo interno, alentadas por fuerzas externas ambiciosas
de las riquezas mexicanas.
Compatriotas lúcidos del siglo XIX
emitieron llamados a la unidad nacional; dentro de ellos destacan José María
Luis Mora y Melchor Ocampo. A éste le seguiremos rememorando el 6 de enero del
2014, debido al bicentenario de su natalicio.
Cierta unidad obtuvo el país con el
triunfo de los liberales en el 1867, desde Benito Juárez a Porfirio Díaz. Esta
unidad, de inicio, fue constreñida por una victoria, terminando en 1911 forzada
por una dictadura activadora de obra pública importante y de una paz sostenida
por la fuerza de un tirano envejecido como sus colaboradores.
El siglo XX en México se convulsionó
precozmente. Se logró cierta unidad en torno a Francisco I. Madero de 1911 al
1913, y su asesinato provocó el feroz enfrentamiento entre los grupos
revolucionarios.
En ese proceso bélico hubo cerebros
inteligentes que formularon llamados a la unidad nacional: Eulalio Gutiérrez y
Felipe Ángeles, entre otros.
Al triunfo del constitucionalismo se
inició endeble unidad que permitió el asesinato de Presidente Venustiano
Carranza, cabeza de ese movimiento.
Álvaro Obregón fue Presidente y, al
lograr su reelección en contra de ese principio revolucionario, fue asesinado.
Plutarco Elías Calles, Presidente de
México, se instituyó como ex Presidente poderoso y hacedor de los siguientes
cuatro presidentes de nuestra Nación, dos de ellos michoacanos: Pascual Ortiz
Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.
Esa unidad lograda por Calles fue en
torno a él como caudillo. Se le temía, sin querérsele. Un logro de Lázaro, el
grande, fue terminar con el poder personal de Calles, adoptando todo su sistema
en derredor al Presidente en turno, adjunto el partido político fundado por Calles,
(PNR) cambiándole de nombre. (PRM)
De 1936 al año 2000 hubo una unidad, con
pros y contras. Lamentablemente destruida esa unidad, nadie debe de añorarla;
empero, ahora, en el 2013 con más de una década de ajustes y desajustes que han
acarreado más males que bienes, observamos peligrosa inmadurez en la mayoría de
los políticos mexicanos, quienes parecen no conocer la Historia de México, al
aplicar la violencia de unos contra otros, calumniándose como "traidores a
la patria", sin pruebas, sólo con palabras.
"Le hacen severo daño a la patria,
y son traidores a ella, quienes no aprueban la reforma energética",
aseguran unos; mientras otros afirman que "los promotores y apoyadores de
la reforma energética son traidores a la patria".
Prohibido equivocarse. Ningún mexicano
es traidor a la patria, hasta que se pruebe que lo es, legal y debidamente.