Entre las fumarolas y los estallidos del Popocatépetl, en
la Ciudad de México, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, manifestó
que: “El crimen organizado, la inseguridad, y la falta de educación, en México,
frenan toda posibilidad de crecimiento en este país”.
Es claro que el destacado economista es totalmente ajeno
al proceso electoral que vive México, por lo que su opinión nada tiene que ver
con ningún candidato, y con ningún partido político en contienda.
Pero, también, no existe mexicano que con simple sentido
común y un mínimo de honestidad no acepte que la inseguridad frena todo
desarrollo, puesto que éste requiere de la existencia de la confianza pública.
Y cuando el crimen organizado se encuentra más organizado
que el propio gobierno federal, o éste se encuentra en contubernio con aquél,
la inseguridad se adueña de todo.
Está a la vista que todo el crimen organizado trabaja con
la bendición y el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América, puesto
que ha sido constituido por él, en beneficio de la economía gringa, y como
parte de sus accesorios en sus aventuras guerreras por el mundo.
Por otra parte, desde Puerto Vallarta, el Presidente
Felipe Calderón Hinojosa afirmó que “Impone el narco su ley, y sus cuotas… y en
lugar de vencer por su competencia, con precio y calidad, se matan. Y eso está
causando un caos”.
Asegurando, a la vez, que “sin el dinero y las armas que
fluyen de los EU hacia ellos ya se hubiera acabado con los criminales en
México”.
Si Felipe Calderón hubiese razonado así, desde hace poco
más de 5 años, nos hubiera ahorrado toda una guerra, y no tendríamos más de 150
mil muertos. Este error es, al igual, motivo del estancamiento de México.
Al igual que ha sido un verdadero mal la política
educativa impuesta por el gobierno federal, la que tiene frenada la educación
de México.
Costosas, inútiles y criminales, son las multimillonarias
erogaciones que so pretexto de la educación ha efectuado el gobierno federal en
el territorio patrio.
He aquí uno de los principales problemas de nuestro
querido México. Causa irritación social, por ende, el que los partidos
políticos y sus candidatos a la Presidencia de la República anden lanzándose
mutuamente lodo, pudrición, y estiércol, cuando las tareas que deben hacer se
encuentran abandonadas.
Nos genera enojo el observar que el Presidente Calderón
haga llamados al gobierno argentino por haber expropiado un porcentaje
mayoritario de acciones de la petrolera española Repsol, en aquel país del cono
sur, descalificando esa acción soberana, cuando aquí, en México, en 1938 se
hizo algo similar, y cuando, ahora, nuestros problemas nacionales los tiene sin
manejar, o mal tratados.
Mientras, nuestro emblema volcánico, el Popocatépetl, está
disgustado. Algo le hemos hecho; algo le estamos haciendo a toda la naturaleza,
la que nos contesta con fenómenos físicos: a toda acción corresponde una
reacción igual, pero en sentido inverso.