lunes, 16 de abril de 2012

Hábito Insensato ECHARLE LA CULPA AL PODEROSO


            Somos más listos para buscar culpables que para resolver problemas; y esto, cuando se convierte en hábito, frena nuestro desarrollo.
            Lo anterior vale para todos y para todo. Tanto en el ámbito de lo familiar, en lo municipal, estatal, nacional, o en lo internacional.
            Por ello debemos aceptar, en principio, el concepto externado por el Presidente de los Estados Unidos de América Barack Obama, en la VI Cumbre de las Américas recién celebrada en Cartagena de Indias, Colombia: “En Latinoamérica parte del cambio de mentalidad tiene que redundar en que no siempre se mire a los Estados Unidos como el motivo de las cosas que siempre salen mal”.
            Y puso varios ejemplos de esa obsesiva costumbre que los culpa de todo: "¿por qué son tan duros con Cuba, tratando de promover la democracia en ese país todo el tiempo?... Siendo éste uno de los desafíos que nosotros enfrentamos, y que se encuentran arraigados en molestias legítimas, históricas, pero se han vuelto un hábito”.
            Obvio que ese hábito es tan insensato, de parte de todos los países Latinoamericanos, incluyendo a México, como tan estólido resulta el hábito de los Estados Unidos de América haciendo mal, con sus actos de gobierno, a las naciones del continente americano.
            Claro que no vale la pena el solo imputar culpas, a los EU, por el mero prurito de exhibirlos como malhechores de actos pasados, ¡esto sería una torpeza!; es necesario, sí, hacerlos responsables, como lo son, de los efectos de sus equívocos o perversos actos, tanto para que los suspendan, como para que paguen los daños y perjuicios ocasionados. Es decir, verlos como el motivo para resolver las cosas, ya que lo han hecho mal.
            Ya que el peor hábito es el de ellos al hacer el mal; y el mal hábito nuestro es el de exclusivamente culparlos de palabra y retóricamente, cuando debemos siempre, con seriedad jurídica, demandarles ante tribunales internacionales, esperando imparcialidad, prontitud y justicia.
            En verdad, la relación generada entre el poderoso EU y los pueblos latinoamericanos se observa nítidamente reflejada en el bochornoso caso que dramatizaron de manera cómica los agentes de seguridad, que acompañaban al Presidente Obama, al usar los servicios de prostitutas colombianas, para después no quererles pagar sus servicios, lo que provocó lo más destacado de esa cumbre.
            Ante el libertinaje desenfrenado de esos agentes de seguridad, el gobierno de los EU de inmediato los repatrió; el Presidente Obama dijo "sentirse avergonzado", al mismo tiempo que reiteró su "plena confianza en su grupo de seguridad".
            Ese es el mejor ejemplo de nuestros vínculos con el gobierno gringo.
            Además, ¿cómo podemos solamente culparlos de generar una atmósfera proclive a la prostitución, al imponer un sistema económico social que defienden con todas sus armas?, cuando no nos hemos decidido a cambiar, con eficacia e inteligencia, ese perverso sistema por una mejor y superior forma de organización.
            Y lo mismo debemos hacer ante los poderosos de nuestro país. Ya es hora de que nos decidamos a cambiar nuestro sistema.