Cada vez que llovía en Morelia, en las primeras siete décadas del siglo XX, la explicación natural que nos dábamos unos a otros era que había norte en Veracruz.
Esa ingenua y provinciana explicación motivó que uno de los ricos de esta ciudad, al alardear sobre sus primeras vacaciones, en uno de los primeros viajes comerciales organizados a Europa, en la mitad del siglo pasado, dijera que todo había estado bien, salvo su paso por Inglaterra, en donde estuvo lloviendo y lloviendo, porque seguramente había pegado otro norte en Veracruz.
En realidad, los fenómenos globales en nuestro planeta siempre han existido, pero el hombre los ha descubierto recientemente, con esa naturaleza y magnitud, en virtud del crecimiento que ha tenido la tal globalización.
Por eso en la economía actual todo se encuentra mundializado. Las tormentas financieras de la Comunidad Europea, por las debilidades de Grecia, Portugal, España, e Italia, se reflejan en México.
Los iniciales desórdenes de la creciente economía China se empiezan a reflejar en nuestro país, al igual que los desajustes en el proceso económico de Japón.
Sin embargo, lo que más nos pega es la problemática financiera que viene arrastrando desde hace muchos cuatrienios nuestro vecino del norte: Estados Unidos de América.
Ningún gobierno del mundo se encuentra tan endeudado como el que actualmente personifica el Presidente Barack Obama. La suma de sus adeudos rebasa, considerablemente, los 15 billones de dólares, para darlo en números cerrados.
Esa cantidad de deuda es tan brutal, que no es fácil comprenderla con la compra de artículos de nuestro diario consumo. Más bien la entenderíamos por el catastrófico efecto que se ocasionaría mundialmente si entrara una moratoria con suspensión de pagos por parte del gobierno de los EU.
Por eso el Senado estadunidense se ha tenido que imponer indefinidamente un trabajo de sesiones diarias, con la posibilidad de declararse en sesión permanente hasta lograr la solución del endeudamiento antes de próximo 2 de agosto.
Mientras, persistirá un gran nerviosismo en el mundo de las finanzas. Ojalá y el pánico no cunda. Esperemos que el gobierno de los EU sepa resolver este problema para bien de todos, con la responsabilidad que le impone su liderazgo.
Es tan delicada la situación, que diez de los multimillonarios del mundo, entre los que se encuentran Bill y Melinda Gates, Warren Buffett, Steve y Jean Case, Mark Zuckerberg y George Lucas, firmaron ayer, ante el Presidente Obama, una Promesa de Donación de parte de su fortuna.
¿Entenderán el mensaje los ricos de México?
