10 años de PRD en el gobierno de Michoacán han generado el quiebre de las finanzas públicas, un desempleo galopante, el desorden político, la endémica situación educativa, la obra pública cercana al cero, el triste enredo de los fenómenos sociales motivando el caos, y la peor de las inseguridades en los últimos 90 años.
Ese efecto del perredato en Michoacán, en sólo dos lustros, superó todo lo malo que pudo haber tenido el priato durante cerca de 70 años, y nada bueno se le pegó de los avances revolucionarios e institucionales de aquellos tiempos.
Por esa razón el pueblo de Michoacán está decidido a echar del gobierno del Estado al PRD, y mandarlo a las filas de la oposición, para que aprenda humildad, honradez, se capacite, pero sobre todo para que estudie lo que significa, ahora y aquí, ser de izquierda.
Lázaro Cárdenas del Río fue miembro distinguido del Partido Nacional Revolucionario, del Partido de la Revolución Mexicana, y del Partido Revolucionario Institucional; pero, sobre todo, fue figura central en hechos históricos de México y del mundo, teniendo, por ello, un destacado lugar entre los grandes Hombres.
Un michoacano, así, no es propiedad exclusiva de nadie, ni siquiera de la familia Cárdenas, menos de alguno de los partidos o de los candidatos de moda. El pueblo sabe distinguir entre los que sólo son vividores del recuerdo del General, y quienes con su pensar, su expresar, y sobre todo su hacer, honran la memoria de Don Lázaro.
El PRD y sus dirigentes se equivocan si hacen del cardenismo una vulgar patente y, como grotesco añadido, la registran a título de su propiedad monopólica, motivados por el hecho de que algunos familiares del General Cárdenas tuviesen preferente credencial perredista.
Claro que como humanos pueden cometer desatinos, pero cuando la gente observa que esos yerros van aparejados con corrupción, ineptitud, y perversidad, no los acepta, y los repudiará con el voto, puesto que alguien de izquierda no tiene esos defectos.
Y esa decisión que se escucha por doquier en nuestra entidad federativa, de echarlos del poder, deben aceptarla con toda entereza los miembros honorables de ese partido.
Ya que pagarán muy caro su osadía de cometer fraude, con base en los enormes recursos económicos del gobierno estatal.
Muchos perredistas aseguran que su partido erró al designar a Silvano Aureoles Conejo como su candidato a gobernador. La abrumadora mayoría de los morelianos observa como un acto cómico el que a Genovevo Figueroa Zamudio lo hayan convertido en su candidato a la presidencia municipal de Morelia, y no a la presidencia municipal de Cuitzeo, su lugar natal, en donde seguramente tampoco ganaría.
Hay ahí un fenómeno de sadomasoquismo. El sádico sigue siendo Genovevo, y los masoquistas quienes decidan que sea candidato del PRD. ¿Candidato del PRD el millonario Geno?, a quien por años tildaron de “represor y asesino de cientos de perredistas”, además, de “un gran ratero”. Tal para cual.
