LOGOS
Se solicitan
delincuentes
NO HAY VACANTES, PARA
TRABAJO HONRADO
En el México actual la gente honesta no
encuentra trabajo, y cuando lo halla, con mucha dificultad, recibe salarios de
hambre.
Sin embargo, hoy las fuentes de trabajo
para actividades delincuenciales son, en nuestro país, muy bien pagadas, de
variadas especies e, incluso en algunos casos, dignas de corridos que mueven a
la aceptación de ciertos sectores populares.
La escasez de trabajo honrado con
ingreso decoroso, y la abundancia de oportunidades ilícitas y lucrativas, en el
México de hoy, es resultado de nuestras equívocas políticas públicas en todos
los fenómenos sociales.
Crasos errores educativos, absurda
conducción económica, estúpido manejo político, injusticias por doquier, y
aliento constante a la corrupción a todos los niveles, dañando, así, a nuestras
instituciones más preciadas.
Y ese mal recibe, todos los días, duros
ataques discursivos de los individuos más poderosos del país; pero ellos mismos,
cotidianamente, con su conducta producen la corrupción que a todos afecta.
Difícil, pero posible, que de esos
grupos de poder salga una generación, capaz y honesta, que logre poner un hasta
aquí a tanta truhanería desvergonzada, mejorando con audacia eficaz y talento
pertinente toda nuestra organización socioeconómica. Probando, otra vez, que la
cuña para apretar debe ser del mismo palo.
Igualmente, puede ser que grupos opositores
honestos, fuera del poder, lleguen a realizar una gran limpieza, generando una
libertad con orden, y una justicia a toda prueba.
De una u otra forma, lo importante y
urgente es restablecer la permanente confianza del pueblo, acrecentándola en
base a una conducta gubernativa intachable, de resultados eficaces en
seguridad, productividad, y distribución justa de lo producido.
Priorizando la sólida formación de
mexicanos con significado nivel cultural y educativo, desarrollando un eficaz esquema
escolarizado como parte de un sistema de todos nuestros medios masivos de
comunicación, con el auxilio de la experiencia inteligente que hay en esos
medios, con el apoyo de sus dueños, pero en caso extremo en contra de los
dueños de esos medios, si ellos se convirtiesen en estorbo para los altos fines
culturales y educativos de los mexicanos, únicos dueños de todo México.
Si las autoridades gubernativas no son
capaces, como no lo han sido, de ganar la confianza de la población, se
reprueban a sí mismas.
Y por ello, cada día crece, lamentable y
dolorosamente, el número de personas que apoya a la delincuencia organizada.
Este inaceptable fenómeno es urgente frenarlo, pero no a balazos, sino con
inteligencia. Requerimos cuidar, respetar y apoyar, a nuestras fuerzas armadas;
de lo contrario, entramos a un caos de grave costo.
Beatriz Pagés en editorial aparecido en
el número 3333 de la prestigiada Revista Siempre, llama a no permitir que
"la delincuencia se monte en la pobreza para desacreditar a nuestras
instituciones".