lunes, 29 de mayo de 2017

LOGOS
Ante alteraciones planetarias
¡URGEN ACCIONES EFICACES!
       El problema no es nuevo, pero a la fecha se ha agravado acelerada y brutalmente por la actual forma tecnológica de producir, y la masiva voracidad consumista de los humanos de nuestro tiempo.
       En los cuadernos de notas del artista y científico Leonardo da Vinci (1452-1519) encontramos su teoría sobre los cambios de la corteza terrestre, su relación con las masas de aire que la cubren, y la importancia de los flujos del agua.
       Pero lo que me provocó a escribir sobre el tema de cambio climático, con alteraciones planetarias, no fueron las sugestivas percepciones de Leonardo, sino la dramática polución de la Ciudad de México, fija en una fotografía elocuente de Germán Espinosa, de la Agencia El Universal, que se publica en las páginas 66 y 67 del número reciente de la Revista Siempre!
       En esa foto la CDMX (otrora "la región más transparente del aire" en palabras de Alfonso Reyes) se observa difuminada por la envoltura de sus propias porquerías convertida en gases.
       ¡Qué tristeza!, responsabilidad y preocupación, el observar que cada capital de las 31 entidades federativas restantes le sigue con rapidez los pasos a esa mancha urbana del centro de nuestro país, sin que nadie haga algo práctico y eficaz en cada caso real al respecto.
       En ese mismo número de Siempre! Camilo José Cela Conde aborda el problema, en una de sus atractivas "Cartas desde Europa", recordándonos que todas las especies animales se mueven, y ahora por el cambio climático más, y denuncia que esto no les preocupa a muchos líderes con poder, lo que los convierte en "ignorantes peligrosos".
       También en esa misma edición Humberto Musacchio, con su escribir acertado y sólido detalla la contaminación atmosférica de la Ciudad de México con sus "numerosas partículas suspendidas" atiborradas "por la materia fecal que flota en el aire", acusando a las autoridades por negar el hecho irresponsablemente, ya que ese desastre está a la vista de millones de víctimas; y, dando las gracias con fina ironía a los funcionarios que aseguran que ese mal se resolverá en el 2030.
       ¡No hay duda!, el calor ha aumentado en todo el mundo, y el frío también. Los casquetes polares están desapareciendo, y acaso reacomodándose. Todo tipo de inmundicias de más de 7 mil millones de humanos, generadas diariamente, han ensuciado al aire, a la tierra, al agua, y a los demás seres vivos de nuestro planeta.
       Y no sólo es la contaminación física, química, biológica, material, sino que se han contagiado con ella todos los fenómenos sociales.
       Isaac Newton (1643-1727) en su tercera ley, dejó claro que "a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud y dirección, pero en sentido opuesto". Con las variables correspondientes, pero esa descripción de un fenómeno natural se ajusta a todos los fenómenos de la vida.
       Las alteraciones planetarias no son cuentos chinos, señor Trump, y sobre ellas urgen acciones eficaces.