lunes, 5 de diciembre de 2016

LOGOS
Proporción áurea
FARO PARA LA ECONOMÍA
        Heráclito de Éfeso (536-475 a. de n. e.) acertó al oponerse a todo epicentrismo absoluto: “Todo se pivotea a través de todo”; aceptado por mí lo anterior, no puedo admitir que, eternamente, en torno al fenómeno económico giren los demás fenómenos sociales.
        Puede haber cosas que, en ciertas etapas de la vida del Hombre, estén condicionadas en grado sumo por el fenómeno económico. No creo tampoco en el determinismo.
        Donald Trump como presidente de EU puede perturbar a la economía mexicana y a la vida de nuestro país, a costa de dañar, claro está, a la cuenca económica en que se han convertido los tres países de la América del Norte: Canadá, EU, y México.
        Todo el perjuicio que genere para México el presidente Trump se revertirá, tarde o temprano, contra EU y él mismo; y eso, nunca se lo perdonarán los estadunidenses.
        Agustín Carstens con sólo anunciar su renuncia como gobernador del Banco de México inquietó a nuestra economía, y sangró al peso mexicano.
        Y él, quien es gente reconocida y capaz en su profesión, sabe de esos efectos, y quiso provocarlos. Sabe, además, que los fenómenos económicos están globalizado, que en el globo terráqueo el gobierno de los EU es hegemónico, y que con Trump acrecentará su voracidad egoísta.
        Carstens se doctoró en la Universidad de Chicago. Ha trabajado en México y EU en ejercicio de su profesión. Le gusta más laborar allá que aquí; y ha trabajado más para allá que para aquí.
        Técnicamente, en las confrontas sobre economía que al parecer ha tenido con el actual secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, Carstens parece tener la razón. Los dos son economistas, pero éste de mayor edad, y con mejor experiencia, únicamente se ha dedicado a actividades económicas, mientras que aquél parece que acepta todo buen cargo que le ofrezcan. Así, mañana podría ser secretario de Agricultura o de Marina, y seguirá burocráticamente sonriendo.
        Pero regresando a Carstens, éste fue nombrado como gobernador del Banco de México por seis años, del primero de Enero del 2010 al 31 de Diciembre del 2015, y se le ratificó para otros seis años, del primero de Enero del 2016 al 31 de Diciembre del 2021. Y Carstens, sin más, el primero de Diciembre del 2016 presenta su renuncia a ese cargo, con efectos al primero de Julio del 2017.
        Es cierto, él no abandona el barco. Abandona algo más importante: la gubernatura del Banco de México. Y regresa a un cargo significativo al servicio del globalizador EU. No hay duda que va de migrante de alto nivel, de esos que el señor Trump sí acepta.
        Ojalá desde allá auxilie a México; y coadyuve a establecer para el mundo y nuestro país una economía de proporción áurea, esa proporción armónica conque está construido el universo, y el hombre.
        La economía no es el eje de toda la vida, y para que sea sano ese fenómeno debe ajustarse a las dimensiones humanas. Superemos toda desproporción económica, en trabajo y en capital.