martes, 24 de mayo de 2016

LOGOS
Educar entre dos fuegos
LA CARRETA ADELANTE DEL CABALLO
Lo más destacado de la reforma educativa del Presidente Enrique Peña Nieto, hasta el momento, es que “despedirán a 15 mil maestros que no han querido evaluarse, comenzando por 3 tres mil 360”, según información oficial, con injustificado tono triunfalista.
La reforma educativa en este sexenio se ha efectuado sin nuevo plan académico, al menos, no se ha publicitado ante la sociedad.
Se observa, sí, al gobierno federal, con la complacencia sumisa de los gobiernos de las entidades federativas, lanzándose en contra de la deshonesta opositora CNTE, impactando esa confronta a todo personal de la Secretaría de Educación Pública.
Quien comanda personalmente esa batalla tan inútil como perdida para el buen propósito expreso que se desea: elevar la calidad de la educación en México, es el secretario del ramo Aurelio Nuño Mayer, personaje que exhibe carácter duro en lugar de uno inteligente, rostro serio en lugar de uno agradable, autoritarismo en lugar de ejercer método científico, confrontador, en lugar de conciliar y recomponer, de pensamiento cerrado en lugar de uno abierto, de porte vencedor, en lugar de convencer.
Sexenios próximos anteriores hicieron mal el delicado trabajo en el sector educativo, heredando a sus sucesores una estructura ilegal y corrupta y, ahora, el Presidente Peña ha querido remediar esa deshonesta ilicitud, con la torpe táctica de poner por delante la carreta y el caballo por detrás.
Primero lo laboral y después lo académico; con miles de despidos a maestros pretende elevar la calidad educativa; evalúa a los maestros con fuerza policiaca; (recientemente en Morelia usaron a 3 mil policías federales para poder evaluar a cerca de 300 profesores) aspira a salvar la educación, con o sin maestros, y aún en contra de ellos.
El Presidente Peña Nieto y el secretario Nuño deben saber que el millón y medio de trabajadores de la SEP no está descerebrado, y que dentro de esa enorme cantidad de mexicanos hay una infinita variedad de criterios, y de maneras de pensar que se ubican en un amplio abanico de posibilidades, agrupados de muy diversas formas, pero a todos ellos, en el fondo, los une el temor al despido, y pronto harán espíritu de cuerpo ante la arrogancia de un gobierno que va más allá de la mitad de su ejercicio y ya tiene decenas de miles de maestro desempleados. Y que afirma tener, en su cándida jactancia, 26 mil maestros para suplir a los despedidos, sin decir de qué escuelas normales provienen los nuevos profesores, o dónde los improvisan.
Un buen gobierno es quien unifica a todas las fuerzas sociales de México, no el que las confronta entre sí. Los líderes que desnaturalizan a los sindicatos, afectando al fenómeno educativo, cometen delito contra el desarrollo del país.
        Urge educar, y evaluar, a los funcionarios públicos y a los líderes sindicales, para que no tengan a los mexicanos en medio de su fuego cruzado.