José
Revueltas
¡ES
HORA DE SER!
Sin lugar a dudas los hermanos de José Revueltas, y él mismo, estuvieron a la altura de su propio apellido, en la mejor de sus acepciones: la inquietud. Se significaron por su activismo talentoso, entregados a su esfuerzo en sus diferentes labores: Silvestre a la música; Fermín a las artes plásticas; José a la literatura; y, Rosaura a las artes escénicas.
Sin lugar a dudas los hermanos de José Revueltas, y él mismo, estuvieron a la altura de su propio apellido, en la mejor de sus acepciones: la inquietud. Se significaron por su activismo talentoso, entregados a su esfuerzo en sus diferentes labores: Silvestre a la música; Fermín a las artes plásticas; José a la literatura; y, Rosaura a las artes escénicas.
Todos nacidos en el Estado de Durango,
en el orden que se mencionan en anteriores líneas, y fallecidos en el Distrito
Federal los tres primeros, menos la menor y única dama, quien murió en
Cuernavaca.
A José, el escritor, quien además fue un
incansable político de vocación, y no mercantilista, dedico este artículo en el
centenario de su nacimiento.
La pureza de sus ideales comunistas
estuvieron siempre a prueba; experiencia por él superada. Su radicalismo, en no
pocas ocasiones, lo condujo a la cárcel y a una soledad insubstancial de
dolorosa apariencia, ya que siempre gozó, en el fondo, del respeto solidario de
infinidad de personas, muchas de las cuales ni siquiera lo conocieron
personalmente.
La Secretaría de Cultura del Gobierno
del Estado de Michoacán de Ocampo ha publicado algunas de sus poesías como un
testimonio del homenaje de los michoacanos para quien, con un estilo muy
similar al duro realismo soviético y estadunidense, pero con elementos de un
nacionalismo mexicano revalorado, nos heredó pasajes y mensajes tan humanos.
Por algo, Pablo Neruda calificó a José
Revueltas diciendo: "... es una síntesis del alma mexicana. Tiene, como su
patria, una órbita propia, libre y violenta. Tiene la rebeldía de México."
Se han publicado esos poemas de José
Revueltas como una muestra de su talento comprometido con los humildes y
desheredados de la Tierra. La selección la ha efectuado, con acierto
gratificante, el escritor Antonio Mendiola:
"La palabra.
Alguien derribado, pide palabras:
Pero ya no hay;
La asamblea ha terminado.
Ha terminado él en cuanto usó de la palabra
Pues la palabra no debe usarse porque es la
muerte.
Todo está prohibido: ante todo el cuerpo,
Más aún la mirada.
Ya nadie debe ser..."
¡Qué denuncia tan actualizada! Ante ese
mensaje todos los mexicanos actuemos para que nadie esté derribado, para que
todos tengamos palabras, para que sea eficaz el derecho que tenemos a las
asambleas, para que la palabra nunca nos conduzca a la muerte, para que las
cosas buenas para el ser humano no estén prohibidas, ni el cuerpo ni la mirada.
¡Es la hora de ser! No hay duda en ello.
Ser, como el contramaestre Galindo, uno
de los personajes descrito magistralmente por José Revueltas en su obra Dormir en tierra, quien salva
heroicamente y en auto sacrificio al hijo de la Chunca.
Galindo,
un hombre peludo que daba miedo a todos, duro, enojón, radical, pero a quien
todos, al final, calificaron como "el mejor hombre que he conocido en la
tierra."
Acaso, José Revueltas aspiró a esa
heroicidad vital.