lunes, 24 de noviembre de 2014

José Revueltas
¡ES HORA DE SER!
        Sin lugar a dudas los hermanos de José Revueltas, y él mismo, estuvieron a la altura de su propio apellido, en la mejor de sus acepciones: la inquietud. Se significaron por su activismo talentoso, entregados a su esfuerzo en sus diferentes labores: Silvestre a la música; Fermín a las artes plásticas; José a la literatura; y, Rosaura a las artes escénicas.
        Todos nacidos en el Estado de Durango, en el orden que se mencionan en anteriores líneas, y fallecidos en el Distrito Federal los tres primeros, menos la menor y única dama, quien murió en Cuernavaca.
        A José, el escritor, quien además fue un incansable político de vocación, y no mercantilista, dedico este artículo en el centenario de su nacimiento.
        La pureza de sus ideales comunistas estuvieron siempre a prueba; experiencia por él superada. Su radicalismo, en no pocas ocasiones, lo condujo a la cárcel y a una soledad insubstancial de dolorosa apariencia, ya que siempre gozó, en el fondo, del respeto solidario de infinidad de personas, muchas de las cuales ni siquiera lo conocieron personalmente.
        La Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Michoacán de Ocampo ha publicado algunas de sus poesías como un testimonio del homenaje de los michoacanos para quien, con un estilo muy similar al duro realismo soviético y estadunidense, pero con elementos de un nacionalismo mexicano revalorado, nos heredó pasajes y mensajes tan humanos.
        Por algo, Pablo Neruda calificó a José Revueltas diciendo: "... es una síntesis del alma mexicana. Tiene, como su patria, una órbita propia, libre y violenta. Tiene la rebeldía de México."
        Se han publicado esos poemas de José Revueltas como una muestra de su talento comprometido con los humildes y desheredados de la Tierra. La selección la ha efectuado, con acierto gratificante, el escritor Antonio Mendiola:
"La palabra.
Alguien derribado, pide palabras:
Pero ya no hay;
La asamblea ha terminado.
Ha terminado él en cuanto usó de la palabra
Pues la palabra no debe usarse porque es la muerte.
Todo está prohibido: ante todo el cuerpo,
Más aún la mirada.
Ya nadie debe ser..."
        ¡Qué denuncia tan actualizada! Ante ese mensaje todos los mexicanos actuemos para que nadie esté derribado, para que todos tengamos palabras, para que sea eficaz el derecho que tenemos a las asambleas, para que la palabra nunca nos conduzca a la muerte, para que las cosas buenas para el ser humano no estén prohibidas, ni el cuerpo ni la mirada. ¡Es la hora de ser! No hay duda en ello.
        Ser, como el contramaestre Galindo, uno de los personajes descrito magistralmente por José Revueltas en su obra Dormir en tierra, quien salva heroicamente y en auto sacrificio al hijo de la Chunca.
        Galindo, un hombre peludo que daba miedo a todos, duro, enojón, radical, pero a quien todos, al final, calificaron como "el mejor hombre que he conocido en la tierra."
        Acaso, José Revueltas aspiró a esa heroicidad vital.