lunes, 28 de octubre de 2013

Nuestras formas y reformas EL INVIERNO ESTÁ CERCA

        Jesús Reyes Heroles fue un mexicano inteligente a quien se cita con frecuencia por una simple frase que no resiste un análisis lógico: "En política la forma es fondo".
        En el universo que habitamos no hay materia sin forma ni formas sin materia. Lo mismo pasa con la energía y sus formas; una y otra es uno y lo mismo. Y el fondo, como base, como lo más importante de algo, jamás carece de forma.
        En la política, en la física, la química, la matemática, el derecho, en todo, la forma es fondo y el fondo es forma.
        Planteado lo anterior, observo que las posturas actuales de los políticos mexicanos activos, y en contienda, distan mucho de ser veraces. A la mayoría les da por la exageración deformante de los problemas y sus posibles soluciones.
        Pondré ejemplos.
        El Presidente Carlos Salinas de Gortari aseguraba que con el Tratado de Libre Comercio México entraría al primer mundo; mientras, sus opositores afirmaban que con ese tratado México desaparecería. Dos posiciones de escándalo, y tan sectarias como equívocas. En la realidad el tratado se firmó desde hace más de 15 años, y ni somos país del primer mundo ni nos hemos evaporado como nación.
         Hoy, en el 2013, no hemos superado esas formas o actitudes erróneas que atrofian a la política, y que colocan a los políticos como sujetos de nuestra desconfianza.
        Un ambicioso proceso de reformas, supuesta o realmente estructurales, ha venido aumentando las convulsiones de México, por la mayor dependencia que tenemos de los EU, por esos desajustes en su gasto público, su crisis inmobiliaria, su recesión económica. Todos esos lastres externos agrandan los múltiples agobios interiores.
        Y en medio de ello, escuchamos al Presidente Enrique Peña Nieto reafirmar que sólo con la aprobación de las reformas por él planteadas se  resolverán los graves problemas que el país padece; en cambio, Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano están alertando a los legisladores para que no aprueben la reforma energética, pues el hacerlo, señalan, es más grave que la pérdida de Texas.
        Empero, frente a todo ese barullo tan irresponsable de los extremismos gubernativos y de su oposición, vivimos el inicio de un frenazo de nuestra economía. La realidad terca nos constriñe y el invierno está cerca, sin dar lugar a la embriaguez opositora y a la euforia gubernativa.
        Ojalá hubiera un verdadero pacto, una eficaz alianza, una concordia nacional, una unidad de todos los mexicanos, entre los peñas, obradores, cárdenas, gonzález, pérez, que no quedara nadie fuera de ese gran esfuerzo nacional que urge. Y quien debe iniciarlo, encabezarlo, fortalecerlo, es el Presidente Enrique Peña Nieto, con el fin de ir resolviendo los lacerantes problemas que los mexicanos padecemos.
        Ese es un sentimiento nacional del año 2013, y un llamado para que ningún mexicano se equivoque, oponiéndonos los unos a los otros, robándonos y asesinándonos, destruyéndonos entre sí.