Felipe Calderón Hinojosa, ex Presidente
de México, se dirigió por escrito al secretario de Relaciones Exteriores de
nuestro país, José Antonio Meade, solicitándole transmitir al gobierno de los
Estados Unidos de América su más enérgica protesta por el espionaje del que fue
objeto por parte de la Agencia de Seguridad Nacional del poderoso país vecino
nuestros por la frontera norte.
Las notas de prensa publicadas
recientemente nos informan lo anterior, claro que ellas no están exentas de
posibles equívocos; empero, si lo señalado es verdad, entonces caben algunas
obligadas reflexiones.
Desde luego el ciudadano Felipe Calderón
tiene el derecho humano garantido de petición, y puede ejercerlo frente al
titular de esa Secretaría de Relaciones, y es relevante ese escrito petitorio
por haber sido, el firmante, Presidente de México.
Y ante esa promoción, que seguramente
llena los requisitos del artículo 8o constitucional, el secretario de
Relaciones Exteriores debe contestar también por escrito, con precisión
respetuosa, y en breve término al peticionario, bajo el riesgo de que, si así
no lo hace, viola un derecho humano garantido al individuo solicitante.
Pero, según las notas informativas, el
solicitante pidió exclusivamente que "se transmitiera al gobierno de los
Estados Unidos de América su más enérgica protesta por el espionaje del que fue
objeto por parte de la Agencia de Seguridad" gringa citada, cuando él
ostentaba el cargo de Presidente, aduciendo que ese "espionaje de EU es un
agravio a las instituciones" de nuestro país.
Dado lo anterior, la cancillería
mexicana no es autoridad competente para ser correa de transmisión de esa
"enérgica protesta" del ciudadano Calderón Hinojosa, aunque éste haya
tenido el cargo que ostentó en el sexenio próximo anterior.
Lo curioso es que quien ahora pretende
protestar enérgicamente ante los EU, nunca lo hizo por causas de intromisión y
espionaje mayores cuando tuvo la responsabilidad de Presidente.
Además, si la autoridad le pidiera
pruebas de su dicho para procesar legalmente su protesta, como documentos
básico de una acción, seguramente no podría aportar nada.
Y suponiendo que contara con todas las
pruebas de los hechos de espionaje que narre, los hechos delictivos dañosos se
realizaron aquí, en territorio nacional, y el derecho afectado sería el
mexicano, por lo que los órganos jurisdiccionales competentes son los nuestros,
aunque el sujeto pasivo del delito se encuentre en EU como parte de la
administración federal yanqui.
Por otro lado, el espionaje lo realizan
todos los países, unos más y otros menos, pero todos lo practican, ya sea el
aplicado internamente o en el exterior, salvo que los poderosos tiene un
espionaje poderoso, mientras que los países débiles y explotados dan lástima
sus espías.
Desde hace muchos milenios, no hay duda,
más vale tener un espía adentro, que un ejército afuera. Y... ¿a esos gringos
poderosos que nos espían son a los que queremos de socios en PEMEX y en CFE?