Algunos jóvenes neo hegelianos de
izquierda, entre ellos el judío alemán Carlos Marx, (1816-1883) consideraron
aceptable expresar conceptos en base a juegos de palabras.
Como un ejemplo de lo anterior Marx escribió
sobre Lutero, en la Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de
Hegel: "Lutero ha vencido la servidumbre por devoción, pero le ha
sustituido por la servidumbre por convicción. Ha roto la fe en la autoridad,
porque ha restaurado la autoridad de la fe. Ha transformado a los sacerdotes en
laicos porque ha transformado a los laicos en sacerdotes. Ha liberado al hombre
de la religiosidad exterior, porque ha hecho de la religiosidad la esencia
misma del hombre".
Recordémoslo en su contraposición con
otro hombre inteligente, el francés José Pedro Proudhon; (1809-1865) éste con
su Filosofía de la miseria, Marx con su Miseria de la filosofía.
Ahora, bajo esa inspiración de generar
conceptos en los retozos contradictorios de las palabras, o de llegar a la
lógica a través de la gramática traviesa, consideremos en dónde se ha
desarrollado la actual generación de mexicanos, en la vida de la crisis, o en
la crisis de la vida, porque realmente, o al menos al parecer, nacimos en la
crisis, vivimos en ella, y en la crisis moriremos.
En casi todo el siglo XX, y también en
lo que va del XXI, la palabra crisis es nombrada en forma constante, Crisis en
nuestra revolución, por igual en la post revolución, lo mismo por las dos
guerras mundiales, y en sus etapas de post guerras. Crisis por todas partes y
por todo tiempo.
Como que en estas crestas, o en las
simas, en donde se agudizan al máximo las contradicciones que generamos: en lo
religioso, lo educativo, social, económico, lo jurídico, en lo energético, lo
ecológico, y demás puntos estratégicos de nuestra estructura, hemos existido en
la crisis.
Empero, si ha sido una manera normal de
vivir por tantos sexenios, la palabra crisis resultaría sólo una metáfora con
la cual nos estamos auto engañando.
No es que no tengamos problemas, ya que
la naturaleza del ser humano es la de ser productor de problemas, al igual que
generador de soluciones, sino que, acaso, nuestra percepción de la realidad a
este respecto nos esté conduciendo a una exageración deformante que termina por
distorsionar el propio significado de la palabra crisis.
Pero en esta crisis, que parece eterna,
hemos producido muchos multimillonarios en dólares; tenemos automóviles por
doquier que no caben ni en las carreteras ni en las calles; padecemos un
consumismo apremioso y compulsivo de bienes y de servicios; y, vivimos con
otras extravagancias alarmantes. Nuestra crisis, si no fuera por lo doloroso de
nuestra parte de pobreza extrema, parecería de chunga, de guasa, de chacota a
la mexicana.
Siendo hijos de esa crisis, como un
hecho inescapable de vida, estudiémosla, puesto que será la única forma de
transformarla, eficaz e inteligentemente, en algo positivo para todos.