domingo, 20 de diciembre de 2009

SIN SUFRAGIO EFECTIVO

Segunda Vuelta Electoral
SIN SUFRAGIO EFECTIVO

Recientemente el Presidente Felipe Calderón Hinojosa envió al Congreso Constituyente Permanente, al través del Senado de la República, una iniciativa para que en nuestra Carta Magna se instituya la llamada segunda vuelta electoral, con exclusividad para la elección del titular del Ejecutivo Federal, y sólo en los casos en que ninguno de los candidatos participantes obtenga la mitad más uno de los sufragios en juego.
Ésta, como otras propuestas del proyecto de reforma, fue calificada por el mismo iniciador como coherente, profunda, y resultado de las opiniones mayoritarias de los mexicanos, adjetivos que a todas luces no corresponden a la realidad nacional.
Todos sabemos, salvo el Presidente Calderón, que para la mayoría de los mexicanos nuestros problemas son otros. No son esas las vueltas que requiere el país. El pueblo exige empleo, seguridad pública y jurídica, excelente educación para todos, productividad, mejor distribución de la riqueza.
Si una vuelta electoral para la campaña presidencial nos sale tan costosa, dos vueltas nos van a resultar lo doble en precio; pero además, sin resolver primero el sufragio efectivo, tan corrupta y afrentosa será la primera como la segunda de las vueltas. Y tantas vueltas terminarán por marearnos a todos, empobreciéndonos más.
Pero eso de la segunda vuelta electoral para las presidenciales se encuentra formando dentro de un paquete que han llamado, los mismos allegados a la Presidencia, un decálogo de reformas políticas; y lo de decálogo para todo da un tono de catecismo pueblerino, con ínfulas imitadoras de las tablas de la Ley, lo que a su vez genera un tufo religioso inaceptable en un mundo que es totalmente jurídico.
Todos deberíamos de saber que Yavhé, el Dios de Moisés, el Dios de los judíos, o Moisés, tomaron exactamente los Diez Mandamientos del Libro de los Muertos de los egipcios. Y es obvio, de Egipto venían librados los esclavos israelitas; y, claro, que ahí en ese texto egipcio son cerca de 150 mandatos que deberían aprender los vivos para cuando murieran, pues el saberlos, aceptarlos, y cumplirlos, les daba el pase para la vida eterna llena de felicidad junto a sus dioses.
Moisés y/o Yavhé redujeron a esos numerosos mandamientos, para un fin similar, a diez, pero esto no obliga al Presidente Calderón a producir decálogos que, en su caso, resultan fracasos de diez en diez.
Antes que nada, o antes que todo, el sufragio efectivo debe imperar. Y éste no tiene porque ser costoso, ni económica ni políticamente. Las costosas son las ocurrencias de quienes ejercen el poder, y quieren lavar sus culpas al través de reformas totalmente ajenas a los problemas reales de los mexicanos.
Así que desde aquí observamos que este proyecto de reforma ni es coherente ni profundo ni popular. Tres características de las que se presume, debido a que de ellas se carece.