LOGOS
Ingresos y egresos
LICUADORA DEL HURACÁN LÓPEZ
El
presidente Andrés Manuel López Obrador al explicar sobre sus proyectos para el
2024, relativos a ingresos y egresos de su gobierno, ha ocasionado gran
confusión y enojo.
Lo que él
asegura, no corresponde a la realidad que está a la vista.
En el México actual los ingresos y los egresos del
gobierno se aprueban para cada año.
Los ingresos
son materia de una ley. La Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio
Fiscal de 2024 sólo estará vigente en el año que se cita; y será aprobada por
las dos cámaras del Congreso de la Unión, primero por la de diputados y después
por la de senadores, debiendo publicarse en el Diario Oficial de la Federación
(DOF).
Los egresos
no constituyen ley, son un simple presupuesto: el Presupuesto de Egresos de la
Federación para la Ejercicio Fiscal 2024, cuya vigencia es para el año
mencionado; y su aprobación exclusivamente corresponde a la Cámara de
Diputados, debiendo también ser publicada en el DOF.
Todo eso lo
ordena nuestra Carta Magna de 1917, la que entró en vigor el 1 de mayo de ese
año.
Desde
entonces, cada presidente ejerce sus atribuciones constitucionales al respecto;
y, poco o mucho, siempre han violado nuestra constitución, pero, hasta en el
maximato de Plutarco Elías Calles, los presidentes cubrieron las formas con
márgenes de eficiencia.
En cambio,
el actual presidente es una excepción turbadora, populachera, inservible y
calamitosa.
Asevera que
desapareció al Fondo de Desastres Naturales, como tal, pero que su gobierno
conservó 30 mil 955 millones de pesos, lo que servirá para resolver el desastre
que dejó el huracán Otis en Acapulco y Coyuca de Benítez, estado de Guerrero;
olvidándose de los más pobres de algunas tenencias y rancherías de esa entidad
federativa.
Contrario a
lo que señala el presidente, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O
y el subsecretario Gabriel Yorio afirmaron: “Tenemos un guardadito de 600 mil
millones de pesos… esto que tenemos en caja no es para presumir… no hay límite
para los apoyos a los damnificados por el huracán… por el momento gastaremos 61
mil millones en Acapulco… además tenemos un bono catastrófico por más de 460
millones de dólares.
Al margen de
las contradicciones y de las mentiras dentro del gobierno federal, habrá que
analizar en qué condición quedaron (por la devastación del huracán Otis en
Acapulco) las organizaciones criminales que peleaban, constantemente, esa rica
plaza porteña y turística.
¿Los
cárteles quedaron como damnificados?, o ¿ellos serán los poderosos que carguen
con los gastos de reconstrucción? No se olvide que este gobierno tiene vasos
comunicantes con el crimen organizado.
Pero si al
presidente le hace falta más dinero para Acapulco, lo lógico es que de los 20
mil millones de dólares excedidos y programados para la refinería de Dos Bocas
y el tren maya tome para los damnificados, suspendiendo provisionalmente estas
obras.
Que no se
ponga a afectar los fideicomisos del Poder Judicial Federal, y menos reducirle
su presupuesto solicitado para el 2024.
Y en ese
mismo presupuesto de egresos, ¿por qué a de recortar lo pedido por el INE y el
INAI?
Por qué dañar a otras instituciones, dependencias y
paraestatales que le son molestas a ese huracán López, quien ha resultado el
más peligroso de los huracanes que ha padecido México.
Incluso, en el presupuesto no hay ni un solo peso para
Acapulco.
Urge que los ingresos y egresos federales no sean una
danza de números metidos a la licuadora personalísima del deshonesto y
mentiroso López.