lunes, 30 de octubre de 2023

LOGOS

Jaque mate

MALA POLÍTICA DEL OBRADORATO

        El ser humano conserva en sus registros genéticos los impulsos agresivos del hombre de las cavernas.

        Claro, con el agravante de tener, ahora, un avance tecnológico para generar una guerra nuclear de alcance globalizado.

Hoy, esa hostilidad es provocada por no más de cinco naciones poderosas; empero, las víctimas seremos los seres vivos del planeta.

Elon Musk, originario de Sudáfrica y con ciudadanía estadunidense, siendo el segundo hombre más rico del mundo, ha advertido que estamos cerca de la tercera guerra mundial.

Bajo su perspectiva, curiosamente, da pasos y frena proyectos para cuidar sus millonarios intereses.

Parece risible esa actitud de Musk frente a una tragedia de guerra devastadora; pero, su eficacia empresarial tiene sus razones.

 Lo real es que la gran colisión bélica de EU y sus aliados, contra China y Rusia con sus adeptos, se encuentra cerca, lamentablemente.

El choque entre Rusia y Ucrania, y los combates entre los terroristas de “jamas” e Israel, parecen arrastrar a la humanidad hacia su aniquilación.

Pues las potencias han tomado partido y, con ello, sus intereses económicos y militares los obnubila en sus dogmáticas decisiones.

Urge un alto al fuego para escuchar a todas las razones.

Debemos en principio decir con claridad y precisión nuestras opiniones; y aceptar, con método científico, que podemos estar equivocados, si nos lo prueban los otros.

Agradezcamos a quién nos muestre la verdad, sea quien sea, con todos las visiones relativas y dialécticas que provocan los hechos reales.

No existen los absolutos.

La teoría de la relatividad (general y especial) opera hasta el momento en todos los niveles, más en lo cuántico.

Concretaré.

La reciente acción terrorista de “jamas” es repudiable. Acaso logre explicarse, pero no puede justificarse.

Frente a “jamas”, el estado de Israel tiene derecho a defenderse, pero “jamas” no es el estado Palestino.

Israel debe respetar al estado Palestino, y a cualquier otro estado del mundo.

Para resolver los problemas presentes o futuros, es válido observar el pasado de todos, de reojo, pero no anclarnos jamás en un pretérito que nos convierta en esas estatuas de sal, citadas en la Biblia.

        La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la única institución y foro que tenemos actualmente, a pesar de sus posibles deficiencias, o los probables errores de alguno de sus altos funcionarios. ¡Cuidarla mucho!, es deber de todos.

A la mayoría de los humanos nos conviene la estabilidad mundial, salvo a la industria de la guerra y a la ambición de las potencias.

Pero aún a ellas les perjudicaría una guerra nuclear. Dejarían de ser lo que son, y ya no podrían ni agandallarse más territorio ni más población.

        Actualmente México ha tenido una pésima política exterior; ésta es reflejo fiel de su política interior.

        La bribona y costosa propaganda oficial no ha conseguido disimular nuestra situación atroz.

        Por fortuna, y por lo pronto, no padecemos guerra nuclear, pero el huracán ‘Otis’ destruyó Acapulco y otras poblaciones del estado de Guerrero, y ha exhibido a plenitud la incapacidad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

        Él no creó el huracán, pero no previno a la población afectada ni ordenó que se previera, ya que el presidente es concentrador de todo.

        Ni dio atención inmediata a los damnificados. Tarde y con infortunadas determinaciones se quedó atascado y perdido.

        Ahora, no quiere que nadie dé ayuda directa a los afectados. Por órdenes personales de él, sólo lo harán los soldados y los marinos, a nombre de él, y en cajas del gobierno con los colores de morena.

        Dijo que “nadie puede aprovecharse de la necesidad de la gente”, pero su codicia electorera goza de ese monopolio. Solo él tiene ese aprovechamiento.

        Ante el desastre, el insensible y sardónico presidente afirmó: “tuvimos suerte, son muy pocos los muertos”, cuando ni siquiera se han podido contar, entre tanto desaparecido.

Esa catástrofe en Acapulco da jaque mate al inepto presidente.

        La reconstrucción de esa zona de Guerrero se llevará varios años.

¡Es el momento! Con, sin, o en contra del presidente, todos los mexicanos unidos, dentro de nuestras posibilidades, tenemos que auxiliar a nuestros compatriotas guerrerenses, sin ningún intermediario mañoso y electorero.