LOGOS
Azarosos
actos del presidente
TRILOGÍA
DE PODERES
El Poder Ejecutivo Federal (PEF) tiene
la facultad de decretar la expropiación (previa declaración de utilidad
pública) de los bienes y derechos que tengan en su patrimonio los propietarios
o interesados legítimos de esos acervos.
Desde luego que debe el PEF ajustar su
acto expropiatorio a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
y a las leyes reglamentarias respecto a la expropiación.
Le es dable al PEF proceder a la
ocupación temporal del bien o del derecho, ya sea total o parcial, o a la
simple limitación de derechos de dominio, para los fines expropiatorios, pero a
las personas afectadas se les indemnizará los daños y perjuicios a valor del
mercado, por esa ocupación.
Éstas, en síntesis, son las reglas
fundamentales respecto a la expropiación.
Agregaré que la coercitividad para la
ejecución de estos actos expropiatorios no corresponde a las fuerzas armadas,
ni a los soldados ni a los marinos, sino a las policías que tratan con civiles;
y, además, los afectados tienen para su defensa el juicio de amparo.
Recién, el PEF inició el proceso
expropiatorio, parcial, para el Grupo México Transportes, FERROMEX, quien logró
una fusión con Ferrosur, convirtiéndose en una empresa poderosa con servicio en
México y EU, con más de 800 locomotoras y más de 26 mil 300 vagones.
Los actos y los efectos de este inicio
de expropiación parcial no los analizó bien el presidente Andrés Manuel López
Obrador, quien (vulnerando nuestra Carta Magna) es más que el PEF, pues avasalla
a la mayoría simple del Congreso de la Unión, a tres ministros de la Honorable
Suprema Corte de Justicia de la Nación, a 22 gobernadores, y ejerce, sin dar
cuenta a nadie, más de 8 billones de pesos del Erario.
La rusticidad y arrogancia de Amlo nos
hacen prever que el PEF no podrá probar “la causa de utilidad pública” de dicha
expropiación; y nuestra actual economía, empobrecida por el obradorato, nos
motiva a considerar que no tendremos para pagar la indemnización al expropiado.
La inesperada expropiación producirá
consecuencias jurídicas, económicas y políticas, tanto en México como allende
de nuestras fronteras.
Añado, ya el presidente y su secretario
de Gobernación recularon al informar: “No expropiamos a FERROMEX, sólo es una
ocupación temporal”; ¡pues que ocurrentes e ineptos!
Mal desarrollamos, aún, en nuestro país,
el federalismo que se aplicó en los EU y que se describe en los “papeles
federalistas” de Alexander Hamilton (1757-1804), se nos impuso ese federalismo por
el gobierno estadunidense y extra lógicamente, porque aquí sólo había una
colonia (la Nueva España), y allá, nuestros vecinos del norte tuvieron que unir
a 13 colonias originales.
Seguimos equívocamente procesando en
México, todavía, “la trilogía de poderes”, la que adoptamos en nuestra inicial
república, imitando los tres poderes que sugirió para Francia Carlos Luis de
Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755), en su obra ‘El espíritu de las
leyes’, pero éste tomó la idea del inglés John Locke (1632-1704), quien en su
libro ‘Dos tratados sobre gobierno civil’ expone la necesidad de esa trilogía
de poderes.
La población de México ha venido
aceptando, por convicción, el sistema federal y la existencia de los tres
poderes que constituyen nuestro gobierno.
Empero, pocas ocasiones se ha aplicado
el federalismo y la trilogía de poderes. El PEF de México comúnmente, a este
respecto, ha violado la constitución; unos presidentes más, y otros menos, pero
todos, en su transgresión, han cuidado las formas.
No así el actual presidente López; éste
es quien más ha infringido nuestra Carta Magna, pero sin cuidar las
tradicionales formas. Sus incesantes atropellos a la Constitución Federal son
cínicos, y sin recato alguno.
Ahora, so pretexto de la seguridad
nacional no quiere informar, se opone a rendir cuentas, intenta imponer que
todos los trabajos militarizados del gobierno estén en la oscuridad, para que nadie
afecte su labor. Olvidó ya, que “quién nada debe nada teme”.
El Poder Judicial Federal (PJF) no está
por encima de los otros dos poderes.
La Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos, sí está por encima de los tres poderes (Poder Legislativo Federal-PLF,
PEF y PJF). Lo prevalente es lo constitucional, no lo judicial ni lo
legislativo ni lo ejecutivo.
Y la Constitución Federal le otorga al
PJF las atribuciones impuestas en los artículos del 103 al 107; y, entre otras
funciones, este Poder Judicial debe instar juicios en contra de actos del PEF y
del PLF, cuando los quejosos demandan la protección y amparo en contra de actos
del PEF y/o del PLF que quebranten el orden constitucional.
Eso no lo entiende ni lo acepta el
tirano López, y paga y manda a leperos, soeces y majaderos, de la peor calaña,
para que ofendan a la presidente de la Honorable Suprema Corte de Justicia de
la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, y a la mayoría de los ministros.
El PJF debe de cumplir su deber de
vigilancia constitucional para todas las personas quejosas.
La violenta basura humana que paga el
presidente O, refleja claramente la naturaleza de Andrés. Y cuando insultan a
ese PJF (por ajustarse y cumplir sus atribuciones constitucionales), nos ofenden
a todos los mexicanos.