LOGOS
Ignorancia
mañosa
PRESIDENTE
AL NIVEL DE “BEE, BEE, BE…”
El presidente Andrés Manuel López
Obrador narró hace unos días: “Cuando me tocó ir al parlamento inglés… que se
ponen cara a cara conservadores y liberales; cuando está hablando un
legislador, sus opositores empiezan a decir: “bee, bee, be…”
Con su recuerdo, Andrés Manuel aceptó
que les dijo “borregos” a los parlamentarios europeos, pero que “no es ningún
insulto”, pues él los escuchó berrear en “Londres”.
No sabe el presidente mexicano que desde
1927 ya no hay parlamento inglés. Hubo Parlamento del Reino Unido de la Gran
Bretaña e Irlanda, el que (desde 1931 con la independencia de Irlanda del Sur)
se denomina Parlamento del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
El parlamento que visitó López Obrador,
si es que lo hizo, fue este último, tomando en cuenta que el año de nacimiento
del “inteligente” López fue 1953.
Y ese parlamento no sesiona en la ciudad
de Londres, sino en la ciudad de Westminster.
Parlamento británico que tiene dos
cámaras, la de los lores y la de los comunes, con recintos separados. Los 788
lores (“espirituales” unos, y “temporales” otros) no los elige la población;
los primeros son obispos prestigiados de la Iglesia Anglicana, nombrados de por
vida por el Arzobispo de Canterbury, bajo procedimiento especial; y, los
segundos son aristócratas designados de por vida (sin derecho a heredar el
cargo, salvo dos casos) casi todos ellos elegidos por la Reina, bajo consejo
del Primer Ministro.
Los comunes son 650 y los elige el
pueblo en ese número de distritos electorales, donde funcionan doce partidos
políticos que nada tienen que ver con los “conservadores” y “liberales” que
Amlo sigue trayendo en la revoltura de su cabeza.
Debaten, sí, aproximadamente a cuatro
metros de distancia; se llaman “su señoría”, y su conducta jamás debe
relajarse. La Reina tiene prohibido entrar a este recinto.
Es posible que el presidente Andrés
Manuel López Obrador no sepa que el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda
del Norte salió de la Unión Europea el 1 de febrero del 2020, siguiendo un
proceso iniciado el 23 de junio del 2016.
La supina ignorancia de Amlo lo hace
desatinado hasta para ofender al Parlamento Europeo, pues a los que ofende, con
esos berridos que oyó (si es que oyó) son británicos, responden al Brexit, y
tienen más de dos años que salieron de ese parlamento.
Un día a un diputado mexicano se le
ocurrió ponerse una máscara de puerco, su nombre ni al caso viene. Él así quiso
presentarse.
Si un europeo, en visita a México,
hubiera visto a ese diputado, sería demasiado idiota si afirmara que todos los
diputados federales de México, para legislar, se ponen máscaras de marrano.
No pasemos por alto que el presidente
López Obrador aseguró también, “… Aquí en México sí sabemos lo que es eso de
ser borregos… ¿verdad’?
Esto que dijo Amlo fue con una risita
hiriente, pensando, acaso, en los parlamentarios mexicanos, los que han dejado
de parlar, y siguen ciegamente las órdenes del presidente, sin quitarle ni un
punto ni una coma a todas sus iniciativas.
Tenemos un presidente, auto enredado,
que gusta de ofender a todos, y que está a nivel de berrido, pero del berrido
autoritario.
El documento que redactó Andrés Manuel,
Jesús, y otros, va dirigido al Parlamento Europeo, lo llaman “comunicado del
Gobierno de la República”, y no va firmado por nadie.
Nuestro país se llama “Estados Unidos
Mexicanos”, y su gobierno tiene tres niveles: federal, estatal y de la CDMX, y
municipal. El gobierno federal tiene tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial. El poder ejecutivo federal está representado por el presidente de los
Estados Unidos Mexicanos, y puede conforme sus facultades y obligaciones
(artículo 89 de la Carta Magna fracción X) “formular declaraciones…
sometiéndolas a la aprobación del senado”.
Así que ese “comunicado” sólo revela la
incapacidad y la irresponsabilidad del presidente en materia de relaciones
exteriores, y lo urgido que está de fabricar motivos para que todos sus
“borregos” salgan a apoyarlo en vísperas de una “revocación”, que él desea transformar,
inconstitucionalmente, en “ratificación” de su mandato.
Como se aprecia, el jefe de los
“borregos” es mañoso.