LOGOS
Amlo,
pasmoso titiritero
EL CIRCO LA MAÑA…
NERA
El presidente Andrés Manuel López
Obrador se ha convertido en un manipulador de las masas; pero ya ni las masas
se dejan engañar.
A través de la propaganda (que él mismo
de manera personal genera) miente de tal forma que nos deja pasmados.
Con el enorme poder que ha concentrado
maneja, franca y abiertamente, a los tres poderes federales, a la mayoría de
los estatales, a diversas instituciones y a muchos individuos convertidos en
masa, o sea en “pueblo engañable”.
Su mañanera (que ya es más ‘maña’, que
nera) se ha convertido en prueba documental pública que, a futuro, servirá para
mostrar en juicio sus ilicitudes.
La voz de Andrés Manuel dice en foro
nacional: “No permitiré que le quiten ni le agreguen ni una sola coma a mi
proyecto para reformar la Ley de la Industria Eléctrica”.
Y ciegamente la mayoría (morenista) en
las dos cámaras del Congreso de la Unión repiten como un eco vergonzoso: “No
quitaremos ni agregaremos nada al proyecto del presidente para reformar esa Ley
de la Industria Eléctrica; ni una sola coma se cambiará”.
Así, la mayoría de los diputados y
senadores dejaron de ser (con su indignidad), los primeros, representantes
populares y, los segundos, representantes de las entidades federativas, para
convertirse en simples títeres o marionetas de López Obrador.
Tenemos, ya, un presidente de la
república que, embadurnado por sus propios embustes, perdió la dimensión y el
sentido del rumbo.
Ejemplificaré con algunas de sus
mentiras.
“Según encuestas internacionales, soy el
mejor jefe de estado, soy el primero o segundo lugar”.
Pero no mostró la indagación, ni señaló
quién la hizo ni cuándo, ni con qué parámetros, ni quién la mandó hacer ni
quién la pagó.
“Somos los mejor calificados en el mundo
por la política de salud en contra del Covid-19… muchos países quieren venir
para aprender… tenemos al mejor epidemiólogo del planeta…”
Pero el presidente amlo desde mayo del
2020 se proclamó como “domador de la pandemia”, y su administración indicó que
llegaríamos a 6 mil muertos, porque 60 mil fallecidos por covid sería algo
desastroso.
Ahora, según el gobierno federal tenemos
cerca de 210 mil muertos por ese virus; y conforme a organismos internacionales
contamos con cerca de 370 mil fallecidos por la pésima política de salud del
gobierno de México.
Vivimos en un desorden difuso en materia
de vacunas y de vacunación; pero, sobre todo, con un manejo electorero ilícito
en tan delicada materia.
Al presidente no le importan los muertos
que ya asesinó su catastrófica política de salud pública; él, como vil
comerciante neoliberal, exclusivamente demanda votos para su partido en las elecciones
de este año.
Y dentro de ese universo de mentiras
inmundas, el presidente López Obrador afirmó muy horondo, al inaugurar, con
farsa, un aeropuerto inexistente: “El aeropuerto Felipe Ángeles es la
construcción más importante y grande en el mundo”.
Cuando lo único grande es su mentira.
Beatriz Pagés, con su aguda
inteligencia, formuló una reseña crítica de esa comedia inaugural.
El titiritero amlo dispuso las maniobras
de aviones sin pasajeros ni maletas, con la misma inmoralidad que maneja las vacunas.
Y para colmo, su majestad, el presidente
Andrés Manuel I, decide crear un nuevo cargo público de importancia vital:
“gobernador de palacio nacional”, a donde irá uno de sus favoritos.
Como ciudadano libre, he decidido: ni un
voto para el autócrata monarca.