LOGOS
Superior a la Constitución
LO QUE DIGA MI
DEDITO
El presidente Andrés Manuel López Obrador
impuso la moda de gobernar al país a punta de escándalos constantes.
Gusta de provocar alboroto para ser la
nota principal de todos los medios, no importa el daño que cause.
No se le da a AMLO la discreción; le
bulle la glotonería por los jaleos y, así, no podrá nunca ser coagulante de la
unidad nacional, tan urgente en este tiempo de acechanzas extranjeras.
Éste será un sexenio perdido para rubros
importantes, pero no será aburrido.
Además, el presidente AMLO tuitea. Los
actos de autoridad importantes no se denotan en la carta magna, leyes,
reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes, sino a través del tuiter, o de un
simple memorándum, aunque éstos contengan asuntos oficiales del ejecutivo
federal, y configuren actos unilaterales, imperativos y coercitivos.
Todo documento que firma el presidente
(con el contenido del memorándum inolvidable de semana santa 2019) debe ser
firmado también por los secretarios del ramo que corresponda, ya que "sin
este requisito no serán obedecidos", así lo ordena el artículo 92 de la
constitución federal.
Miente AMLO al asegurar que en ese memo sólo
se tratan problemas internos, pues contiene asuntos graves de efectos externos.
Un día sí, y otro también, el presidente
AMLO muestra ignorancia, la que se observa claramente por la personal destreza
que ejerce para exhibirla.
O no tiene colaboradores capaces que le
expliquen con honradez valiente; o AMLO en su soberbia dice y hace como si lo
supiera todo. En ambos casos se afecta a México.
Con desgaire, el audaz AMLO lanza otro
mensaje cibernético: "Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban
los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional
hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda que la única doctrina de
los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados".
Esa colérica e ilógica respuesta ni
explica ni justifica su ineptitud ni su marimorena táctica. Sus errores dañosos
y objetivos están ahí, como siguen ahí los vicios y equívocos de sus
antecesores; nada más que éstos nos los presumían tan sosamente, sino los
ocultaban.
También AMLO se enzarzó con un absurdo y
azaroso mensajito: "La ley es para las mujeres y para los hombres, no los
hombres y las mujeres para la ley. La justicia está por encima de todo: si hay
que optar por la ley y la justicia, no lo piensen mucho, decidan a favor de la
justicia".
AMLO se enzarza entre la ley, mujeres,
hombres y justicia.
La ley siempre es general, impersonal y
abstracta; la aprueban seres humanos, para orientar sus conductas con hipótesis
y consecuencias jurídicas.
La justicia, como valor jurídico
abstracto y orientador, debe concretarse necesariamente en la ley; pero jamás
puede ser lo que diga el dedito de AMLO, exhortando no hacer caso a la
Constitución, sino únicamente a su imprecisa justicia.