sábado, 13 de agosto de 2016

LOGOS
Evanescencia axiológica
URGE RESTABLECER NUESTROS VALORES
                Existieron y existen comunidades humanas en donde los integrantes de la población respetan la vida, la integridad física de las personas, la propiedad, la libertad, y un sinnúmero de valores que, apreciados por todos a través de su conducta cotidiana, hacen que la vida del ser humano sea de gran calidad.
                Empero, también hay épocas y lugares en donde por esos valores no se tiene ningún respeto, generando, con ello, una vida de infierno con demonios humanos llenos de perversidad. Nuestro tiempo marcha en esta frecuencia.
                Así que México, como muchos otros países, está padeciendo torturas, asesinatos, secuestros, violaciones, robos, injusticias de diversa índole, y lo que es peor, con la incubación y complicidad de los poderosos en la política, economía, religión, y en otros sectores de poder.
                En varios sexenios del siglo XX los mexicanos vivimos con mayores márgenes de respeto a esos valores jurídicos y éticos imperantes. La educación en el hogar, la escuela, los centros de trabajo, la calle, los medios de comunicación, el propio gobierno, los ricos, provocaban un mundo más ajustado a esa significada axiología; acaso con perfiles de ingenuidad, pero con sólida fortaleza en el decoro.
                Claro que había delitos y faltas a la moral, pero no con la masividad de ahora y sus consecuencias multiplicadoras. Desde luego que se daban desapegos a las normas jurídicas, y conductas fuera de la ética, pero eran claramente desaprobadas por la población, y perseguidas con cierta eficacia por el poder público.
                Lo de hoy es otra cosa, aterradora y grotesca, en cuanto que la irracionalidad brutal trasuda por todas partes, sobre todo en los actos torpes de los poderosos, ya de manera encubierta o en forma cínica, en forma inconsciente o con perversas intenciones.
                Ahora, donde quiera que se escarbe en nuestro país se encuentran cadáveres producto de todo tipo de delincuencia, la oficial y la privada.
                Así como donde quiera que se le apriete sale pus, ya que los poderosos dejaron de tener escrúpulos, y a la población le imponen un sistema educativo de ignorancia, sobre todo respecto al mundo de los valores.
                Muchos filósofos y educadores han escrito sobre el tema. Uno de ellos, llamado Thomas Jefferson, (1743-1826) con acierto se autocalificó como "científico", y siendo padre fundador de los Estados Unidos de América, y su tercer presidente, escribió en sus Notas sobre Virginia: "En todo gobierno sobre la tierra hay algún rastro de debilidad humana, algún germen de corrupción y degeneración... Todo gobierno degenera cuando se confía sólo a los gobernantes. El propio pueblo es por tanto el único depositario seguro. Y, para que tenga seguridad, debe cultivarse el pensamiento".
                En esta crisis de valores, urge renovar y restablecer principios axiológicos; pero como una tarea del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, cultivando en todas las conciencias.