LOGOS
La Justicia manda; la política obedece
HEROICIDAD DEL BUEN JUEZ
México está
a punto de dejar de ser república, para convertirse en una reprivada; es decir,
se transformará en un territorio con una población escriturada a un solo dueño:
Andrés Manuel López Obrador.
En estos últimos
seis años, a nuestro país lo han conducido a una mutación demente.
El responsable
de este daño es el presidente López. Su voracidad, sus odios, su soberbia y egoísmo
han concentrado gran parte del poder público en sus autocráticas garras.
Poco le
falta para desaparecer a todos los poderes autónomos, asumiendo los mandos y
los recursos de ellos.
Ese sinvergüenza
maniobró el fraude electoral más grande de los pasados tiempos, robándose la
presidencia a favor de una de sus espurias corcholatas, hurtando los votos
suficientes para hacerse de las dos cámaras del Congreso de la Unión, con miras
a aprobar una constitución a su antojo y medida; y, previamente con sus
cárteles criminales, timar a la ciudadanía al apropiarse 22 gubernaturas, de
las 32 existentes.
Su glotona
codicia se dirige a tragarse al Poder Judicial Federal, último bastión que (con
todo y sus imperfecciones), ha sabido responder con decoro a su responsabilidad
de custodio de nuestra Carta Magna y su sistema legal, con aplicaciones dignas
y justas.
Afirmo.
El Poder Judicial Federal es, en este momento, el mejor poder
del gobierno federal mexicano.
Empero, las
protervas maquinaciones del centralizador López han provocado algo inaudito: el
paro de actividades (con auto limitantes y auto condiciones), de los
trabajadores, jueces y magistrados del poder judicial de la federación.
De ese paro
el único responsable es Andrés Manuel López Obrador, ya que “la causa de la
causa es causa de lo causado”, como lo conceptualizó la patrística de santo Tomás
de Aquino (1224-1274), en su obra ‘Cuestiones a debate’.
Ahora bien, retornado al presidente López, no estamos
lejos de que el poder ejecutivo y el poder legislativo (ambos de la
federación), también se pongan en paro, ya que las chifladuras del obradorato
son efervescentes.
Ante las
llamadas de atención de nuestros socios (EU y Canadá), también es posible el
paro, o la desaparición del actual gobierno federal, pues ya han doblado varias
veces al macuspano; lo que, acaso, a parte de nuestra cuita, beneficie a la
población mexicana, porque el ejecutivo y el legislativo de nuestro país, son
de lo más corrupto que hayamos padecido.
Si
desaparecieran, cuidemos de que no se vayan a robar los billones de pesos de nuestras
arcas públicas, pues hasta estas arcas públicas, el presidente López las ha
hecho privadas, y en ellas, él, y sólo él manda.
Y como cuida
la apariencia de su falsa honradez, manda robar a otros, para que roben por él,
y para que sus manos tabasqueñas queden quiméricamente limpias.
Mientras,
todo México es un desastre.
Entre
balazos, robos, corruptelas, secuestros, asesinatos, cobros de piso, fraudes, regenerados
por los abrazos de amlo; éste organiza, en sus mítines abucheos públicos, en
contra de los gobernadores que no comulgan con el obradorato, a efecto de él se
asuma como defensor, haciéndose pasar como el salvaguarda del respeto a los
gobernantes.
Por esas
travesuras irrelevantes se ha ganado el mote de ‘fabricante de los abucheos’.
Obsérvese
que el actual presidente López ha sido el ejecutivo federal con mayor número de
motes o apodos, algunos impronunciables; uno de ellos, es el “injerencista
internacional”, o el cínico metiche del mundo.
Sin ningún
pudor se ha metido en las elecciones de EU: “yo les voy a aconsejar a los
ciudadanos estadunidenses por quién voten”; y ahora, les llama “injerencistas”,
a los razonamientos preventivos que EU y Canadá nos expresan como socios de TMEC.
Y por
ignorancia o perversidad, tanto López como su corcholata mienten cuando afirman
que en los EU el pueblo elije a sus jueces. Sólo elige a sus jueces de paz,
pero no a jueces de nivel jurisdiccional ni estatales ni federales, menos elige
a los ministros de la Suprema Corte.
Y en EU un juez puede procesar a un presidente, a un
gobernador, o, a un alcalde. En EU la dictadura de los jueces les ha sido
eficaz.
La coyuntura
histórica que México vive nos está exigiendo, a todo mexicano, que apoyemos
decididamente al Poder Judicial Federal, para que nos ampare y proteja de todas
las violaciones a nuestros derechos humanos garantidos, por parte de cualquier
autoridad violadora, incluyendo al presidente de la república, y suspenda
provisional y definitivamente el acto reclamado, cuando se actualicen los
supuestos jurídicos que la Ley de Amparo establece.
Mejoremos al
PJF, con respeto a su actual integración; sin elecciones populares absurdas y
sin tómbolas ridículas, sin participaciones del crimen organizado ni de los
partidos políticos, sólo con gente profesional, honesta, laboriosa y de
carrera.
La Justicia
manda, la política obedece.
Con su
imparcialidad y con su independencia se prefigura la heroicidad del buen Juez,
cuando defiende su investidura para ampararnos y protegernos.