LOGOS
Ausencia de honestidad
VÓMITO DE MENTIRAS
Es doloroso
confesarlo, pero en México quienes ejercen el poder mienten con una constancia
descomunal e ilógica.
Esa manía
para falsear la realidad no es exclusiva del actual sexenio, pero, sí, en esta
administración gubernativa se ha agravado.
Seguramente
hay países con mayor producción de mendacidad, pero en esta materia, y por esa
deficiencia gubernativa, somos nación destacada.
Me refiero a
quienes ejercen el poder, porque respecto a los mexicanos hay millones de
personas veraces que portan la honestidad fidedigna, de la que carecen, por
desgracia, nuestro actual presidente y una pródiga cantidad de funcionarios
públicos.
Con dejo de
reproche, el presidente López afirma, una mañanera sí, y otra mañanera también:
“No hay cooperación de parte del gobierno de los EU en el caso del señor
Zambada y de Joaquín Guzmán López. No nos han pasado información”.
Y ese reiterativo
lamento presidencial acaba de ocasionar una respuesta de EU a través de su
embajador Ken Salazar, quien dijo: “Desde la detención de estos dos
narcotraficantes, el pasado 25 de julio se informó, de todo, a las autoridades
mexicanas a través de la Fiscalía General de la República. Les informamos que
Joaquín Guzmán Jr. se entregó voluntariamente; y al Mayo Zambada se lo llevaron
en contra de su voluntad. Esa es la evidencia que vimos nosotros cuando
llegaron ambos narcotraficantes al aeropuerto de Santa Teresa, en Nuevo México.
Esta operación fue entre los cárteles, donde uno entregó al otro”.
Y con una
pincelada de ironía diplomática, el embajador estadunidense agregó: “Este éxito
se logró gracias al auxilio del gobierno mexicano”.
¡Qué pena!,
que a nuestro mentiroso presidente le machuquen, así, sus dedos, y lo exhiban
con el lenguaje de una política grácil.
Otra faceta
de este caso la tenemos en el texto de la carta que suscribió Ismael Mayo
Zambada desde EU; ahí dice que: “Fui traicionado por uno de los hijos del Chapo
Guzmán, quien sin mi voluntad me llevó golpeado y amarrado a los EU… El 25 de
julio me citaron para sostener una reunión con el gobernador del Estado de
Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y con Héctor Melesio Cuén Ojeda, exalcalde de
Culiacán y exrector de la Universidad de Sinaloa; éste fue asesinado en la
finca Huertos del Pedregal en donde a mí me secuestraron; ahí saludé a Cuén,
antes de que lo mataran. Entre el gobernador Rocha y Cuén había diferencias políticas
y personales, ambos pidieron mi ayuda para resolverlas. Cuatro escoltas que me
acompañaban han desaparecido. La violencia no es buena; a nadie ayuda y a todos
perjudica…”
Esa carta
fue conocida el 10 de agosto; y para el 11 de agosto ya estaba el presidente
López en Culiacán, con el gobernador Rocha Moya, asistiéndole, apapachándole; y
para blindarlo, expuso: “… sobre este caso de Zambada, esperaré la versión del
gobernador respecto a su supuesta reunión pactada. Vamos a esperar a que
tengamos más información, lo importante es que haya paz y tranquilidad en
Sinaloa…”
El gobierno
de Sinaloa frente al asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda informó que, su
muerte, fue ocasionada en un asalto cuyo motivo fue el robo.
Sobre el
gobernador Rocha, juzgó el presidente López: “… es un gran gobernador, tenemos
toda la confianza en él…”
La mentira
oficial continua, e impúdica, quema al obradorato.
Entre el
Mayo Zambada y el presidente López, el Mayo es el veraz.
Los mexicanos necesitamos encontrar la verdad de todos
los hechos políticos, fuera del gobierno, y fuera de su mañanera, mejor
conocida como el mentidero de López; un sitio, en Palacio Nacional, tan lleno de
asquerosidad, en donde se produce, el vómito de la mentira gubernativa.