LOGOS
Cambios
profundos
O
EXPLOTA LA CLOACA
Sólo como pretexto, y cobertura, el
presidente actual de México usa la palabra “pueblo”.
Por eso la supremacía del señor
presidente está sostenida con alfileres.
Realmente, los cambios profundos de un
país vienen desde abajo. La capacidad del líder, individualmente hablando, debe
auxiliar para que esas necesidades insondables broten en forma positiva y útil.
Todo para el efecto de ir solucionado de
raíz cada grave problema que aqueja a la sociedad, constituida por individuos
que piensan, se expresan y actúan.
Las mentiras y falsedades de un supuesto
líder ante esos cuestionamientos, los hace superficiales y aparentes; y convierten
al presidente, simplemente en un populista.
Y el populista es popular hasta que la
pirámide se cae, hasta que la escalera no soporte más, o hasta que, ante la
vista de todos, exploten los duros resultados de sus impertinencias.
Por ejemplo, la inflación mexicana es peligrosa,
tiene causas extranjeras, pero por igual tiene motivaciones de carácter
nacional.
La cuantifican con un dígito, cuando
tiene dos dígitos elevados; y, siendo un problema económico, la tratan de
solucionar con medidas políticas electoreras.
Andrés Manuel López Obrador ha
experimentado el dar, el dar, el dar, simplemente para consumo, sin organizar
el producir, producir, el producir.
Ni siquiera nos quiere enriquecer, sino
sólo sobrevivir con austeridad franciscana, y eso nos ha empobrecido más a
todos, con las injustas excepciones de los grupos que rodean al poder.
Otra de sus medidas es esperar las
remesas que vienen de los trabajadores mexicanos en EU: “Al fin de este año
tendremos cerca de 60 mil millones de dólares, como un milagro realizado por
nuestros paisanos”, cuando esos envíos nada tienen que ver con la política
oficial, sino que es un sacrificio de familia a familia, tolerado e impulsado
por el gobierno estadunidense.
En 2018 el litro de la gasolina estaba
en $18:55, en 2022 está a $22:95; y Amlo nos sigue diciendo: “Pese a la
inflación, ni la gasolina ni la luz subirán de precio”, cuando han subido, pese
a que se dice que el precio es de más de $30:00 pesos, y que tiene cerca de
$8:00 pesos de subsidio.
En el renglón de la salud, en el que al
decir del presidente estábamos al nivel de Dinamarca, no hay suficientes
médicos, ni medicinas ni instrumentos de técnicas avanzadas, los elevadores
hospitalarios no sirven, los techos de los sanatorios se vienen abajo, cuando
hubo tiempos en que el IMSS y el ISSSTE eran nuestro orgullo.
Y lo que debe arreglarse con eficacia a
través de una seria política de salud pública, se trata de solucionar con
medidas electoreras que únicamente manchan de estiércol a la vida nacional.
En materia de seguridad pública, todo ha
sido un desastre desde sexenios anteriores; pero con la política electorera del
presidente se ha agravado.
Ni siquiera se intenta aplicar la
coercitividad del derecho, con puntualidad humanista, a los casos de interés
controvertido, sino con claro sentido de interés electorero, se proyecta, sin
ninguna eficacia, acabar con las causas de ese tipo de delitos.
Y ni se atacan las causas ni se aplica
el derecho.
No hay cambios profundos, y
exclusivamente la realidad está cubierta por una demagogia superficial, hasta
que estalle la cloaca.