lunes, 13 de septiembre de 2021

 LOGOS

Desajustadas ocurrencias

ESPEJISMOS DEL PEJE

        Andrés Manuel López Obrador partió de una premisa mayor promiscua y recelosa: el presidente de México lo puede todo.

        Y en base a esa falsedad se le ha encrespado todo.

        Su gabinete inicial lo quiso de ciegos, y al 100% de obedientes. Unos renunciaron, a otros los renunció, pero su dogma sigue en pie: el presidente lo puede todo; y lo que requiere es más lópez, más invidentes y más sumisos.

        A lo anterior, suma Andrés Manuel sus desajustadas ocurrencias, las que con mayor inteligencia y auxilio de colaboradores capaces y con atribuciones de responsabilidad pudieron o pueden ser medianamente aceptables.

        Pero los espejismos de peje, y sus múltiples limitaciones personales, no le han permitido comprender los problemas observados en su esencia, ni menos ha puntualizado cuál es la forma de resolverlos.

        Ejemplos.

        “Me comprometo a sembrar mil cien millones de árboles en todo el territorio nacional”. Esta tarea se la impuso López Obrador en el programa de “sembrando vida”.

        Primero, los árboles más que sembrarlos se plantan, por razones obvias.

        Segundo, matemáticamente corresponden 10 árboles por mexicano.

        Tercero, en cada kilómetro cuadrado de la superficie de nuestro territorio irían poco más de 500 árboles.

        Empero, la deforestación de 2018 a 2021 ha sido en México superior a la “siembra de vida” tan cacareada.

        Según datos de Greenpeace la tasa anual de deforestación en México es de poco más de 350 mil hectáreas; mientras la Comisión Nacional Forestal considera cerca de 170 mil hectáreas.

        Pero nuestra brutal realidad la vemos en Tlalnepantla, Ecatepec, Tula y en centenares de poblaciones de México, en donde se desgajan los cerros (deforestados) para sepultar familias enteras y destruir todo lo que está al paso de los torrentes embravecidos de aguas, lodo y rocas enormes.

        ¿La causa?

        Es el cambio climático, la deforestación, entre otras, y la mala política que en esta materia el gobierno elabora con engaños desde hace muchos sexenios, pero torpemente agrandada por Amlo, por su individual y personalísimo manejo.

        Otro ejemplo.

        La empresa noruega-alemana encargada de dictaminar las causas del desastre en la línea 12 del Metro de la CDMX (DNV Energy Sistem) presentó denuncia penal de hechos delictuosos al ver que se violaron las muestras que en paquete, y bajo cadena de custodia judicial, enviaron a su laboratorio en EU; por lo que el dictamen dado a conocer por la jefa de gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum Pardo no corresponde a lo dictaminado por la empresa europea.

        ¿Quiénes fueron las manos delincuentes, y quién o quiénes ordenaron hacer tamaña fechoría?

        Quienes hayan sido, están encubiertos por quién cree a pie juntillas que el presidente de la república puede hacerlo todo, como una especie de “bruto” dios, que decide quién es bueno y quién es malo, a quién cubre con su poder protector y a quién no.

        El presidente Amlo también piensa decidir quién va a ser su sucesora o sucesor (G. Müller, A. López, M. Ebrard, C Sheinbaum)  apegado a su débil deducción que puede hacerlo todo y, olvidando que, en México, quien nombra sucesor presidencial está designando a su propio ejecutor.

        Plutarco Elías Calles impuso presidente varias veces creyéndose eterno (eran otros tiempos y circunstancias) pero de quien menos esperaba, le resultó su verdugo: Lázaro Cárdenas del Río.

        Y cuando los ríos salen de cauce, los vientos se desatan y los volcanes se despiertan, quienes se creen dioses se derrumban, aunque hayan soñado con poderlo todo.