LOGOS
Un
México caótico
EL
TIGRE CONTRA AMLO
El caos va ganando terreno en México, y
empieza a echar raíces; esa desorganización se nota porque va acompañada de violencia.
Mujeres en desesperación toman a la
fuerza espacios; primero las calles, y ahora comisiones de derechos humanos por
todo el país. Aplican un ardor destructivo que trasluce odio.
Agricultores se apoderan de presas,
luchando por el agua; y lanzan fuera de sus instalaciones a las fuerzas armadas,
provocando en éstas miedo y coraje, lo que les hizo disparar y matar, en burdo
desquite.
Las tradicionales protestas de los
normalistas aumentan su furor, y los agredidos responden con ira atropelladora.
La delincuencia organizada se enfrenta
al ejército y a la marina con mayor constancia, generándose bajas mutuas, pero
produciendo, lastimosamente, muchas muertes de gente inocente.
El crimen común asalta más tiendas,
combis, casas habitación, bancos, y a transeúntes, con mayor arrebato y
frecuencia.
El covid ya alcanza 71 mil muertos en la
engañadora contabilidad del gobierno mexicano, o 180 mil víctimas, conforme el
balance de organismos internacionales.
Mientras, la corrupción goza de cabal
salud. Por purificadoras razones electoreras se exhibe oficialmente a algunos
corruptos enemigos de López Obrador; y éste púbicamente, también, exonera a los
corruptos que son sus parientes, amigos o colaboradores.
En franca caída se encuentra nuestra
economía, y los pobres, como siempre, son los más perjudicados.
Ante estos hechos dolorosos, pero
ciertos y a la vista de todos, el presidente Andrés Manuel López Obrador hace
repetitivamente el diagnóstico de siempre: “los causantes de todo son los
pripanista, los conservadores, los neoliberales, los corruptos”.
Y se inventa un enorme desierto
constituido por todos sus enemigos, y él y sus colaboradores en un oasis: el
oasis de la ineptitud.
Ante ese espectáculo (en aumento) de
inseguridad, de corrupto hedor, enfermedad, desempleo, pobreza, con todas sus
consecuencias, no atina AMLO a resolver, de fondo nuestros graves problemas, y
exclusivamente da limosnas, sin estructurar plazas permanentes de trabajo productivo.
El presidente Andrés Manuel se imaginó
que iba a encabezar a los pobres de México en contra de los millonarios del
país, para sólo distribuir riqueza, pero sin producirla.
Y ahora, la realidad lo hizo aliarse con
esas familias multimillonarias en dólares; y el pueblo pobre que era su
supuesto tigre, inicia su agresividad contra AMLO, y éste sólo le repite su
demagógico discurso desgastado.
Ante esa inicial rebeldía popular,
caótica, el presidente López Obrador usa la total tolerancia, sin permitir que
la coercitividad del derecho se aplique; y, con esta táctica, está agudizando
los conflictos concretos, suscitando caos por doquier.
Y ese tigre tan domesticado por él (que
le sirvió para espantar incautos), se puede lanzar en su contra por razones o
sinrazones caóticas.
Lo cuántico se da en la física y la
química, al estudiar caóticos fenómenos que no encuadran en las leyes
naturales, pero también se observan en la política, incluso brota en lo
electoral, y en el área histórica.
Cada punto de la historia cuántica es
una encrucijada. El camino que une al pasado con el presente es objetivamente
claro, aunque las explicaciones que hacemos de esa vía ya transitada (por la
perspectiva que tenemos como observadores), pueden ser de subjetividad múltiple
y contradictoria.
Empero, el camino que vamos a escoger
para ir, del presente al futuro, tiene posibilidades de 360 grados, y la gente
que hace historia da giros y velocidades inesperados.
¿Quién será beneficiario del caos? Un
presidente caótico puede ser devorado por su propio tigre.