lunes, 28 de septiembre de 2020

 

LOGOS

Lealtad dogmática para AMLO

SOLICITA COLABORADORES CIEGOS

        Jaime Cárdenas García, quien fuera titular del instituto para devolver al pueblo lo robado, renunció a su cargo porque en ese instituto se roba, y dijo que él lo probó ante el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, recibiendo por respuesta: “Espero de mis colaboradores una lealtad ciega”, y Jaime le aclaró que la suya era “una lealtad reflexiva”.              

        El presidente López Obrador mostró en sus palabras, crudas y sin gracia, su fundamentalismo, y lo poco ilustrado de sus valores.

        En posterior conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel reiteró: “Sí, escuché a Jaime; tiene razón, sí, pido lealtad a ciegas, pero no para mí, sino para el proyecto de transformación”.

        Total, las corruptelas y arbitrariedades, que están realizando en ese instituto los amigos y colaboradores designados por el propio presidente, están probadas.

        Ahí, quienes trabajan para devolver al pueblo lo robado, se roban lo que les da la gana.

        Y AMLO, en lugar de investigar de inmediato los hechos ilícitos descubiertos, exigió “lealtad a ciegas”.

        Después de publicitarse los datos anteriores, el presidente buscó aclarar el alcance de su frase, embrollando más su decir.

        Ese instituto recién creado por AMLO ha desnaturalizado su objetivo, pues opera con privilegios y abusos, y para que roben los de la 4T. Por eso, AMLO se opuso a la limpieza del sitio.

        Vale la pena analizar cómo puede haber un pedimento presidencial que solicite “lealtad a ciegas” para un proyecto de transformación, cuando la lealtad es, básicamente, un sentimiento entre seres humanos, o, como excepción, entre seres vivos, sobre todo entre humanos con animales domésticos.

        Sin embargo, aunque valga sólo metafóricamente la lealdad humana para un proyecto, si esa lealtad es a ciegas, constituye una deslealtad en contra de la razón y la libertad humanas.

        Quien roba dinero del pueblo (los amigos de AMLO), y quien se los permite (AMLO), no pueden ser leales a un proyecto contra la corrupción, los abusos y los privilegios.

        Por otra parte, decir “a ciegas”, significa decir, sí, a algo que no se conoce ni por la vista, ni el oído, ni el olfato, ni el tacto, ni por el gusto; cinco únicas ventanas que tiene normalmente nuestro cuerpo humano para conocerse a sí mismo y al mundo que le rodea, según el británico John Locke (1632-1704), y que no se conoce ni por el sentido de razón que, según el alemán Godofredo Leibniz (1646-1716), también recibe información y genera conocimientos.

        Obstruidos para observar no podemos conocer ningún proyecto de transformación, ni acabar con la corrupción, abusos y privilegios, de esos “malvados conservadores y neoliberales”, a quienes, cegado, AMLO amenaza con no darles tregua.

        Haciéndose de la vista gorda, el presidente está permitiendo el robo de sus leales a ciegas, quienes totalmente perdidos en su oscuridad apoyan a AMLO.

        En gabinete de ciegos, el tuerto es rey; y, el de AMLO, será el equipo presidencial de los sin vista, sin ojos que, acaso por eso, han agravado los feminicidios, los problemas de inseguridad, salud pública, economía y la educación de México.

        Acabar, responsable y seriamente, con la corrupción, los abusos y los privilegios, sí; pero no a ciegas.

        El Premio Nobel de Literatura 1998, el portugués José Saramago en su libro Ensayo sobre la Ceguera nos advirtió de los tiempos sombríos que estamos viviendo: “en donde la ceguera se expande súbitamente y de manera fulminante… en un sistema de cuarentena aterradora…”, pero frente a este mal, el pensador nos llama a que ejerzamos: “La responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron”.

        Todos los mexicanos debemos abrir muy bien los ojos para acabar con los malos gobiernos sean del partido político que sean.

        Pero a ciegas, nada.