lunes, 17 de diciembre de 2018


LOGOS
Desató a la esperanza
UN PÍCARO CON COLMILLOS
       Sobre Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, en su oportunidad sexenal respectiva, hice análisis de sus actos picarescos. Pero a moros muertos suelo no tirar lanzadas.
       La atmósfera política, económica y social, generada por los presidentes citados, durante sus respectivos sexenios (sumadas las raíces anteriores) empollaron la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república.
       Su triunfo electoral fue una sacudida, y entre otros de sus cambios (supuestamente trascendentes) rectificó los colores de la banda presidencial.
       Todos los presidentes han sido “los jefes de la banda”, según la ironía popular que trasuda como título el libro de José Elías Romero Apis; y AMLO, con ese carácter, es ahora el jefe de la banda, en el mejor sentido.
       Y así lució el presidente López Obrador durante el informe rendido por Luis María Aguilar Morales como presidente de la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la sede de ese Poder. He escrito “Poder”, porque nuestra federación se integra de tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial; y ninguno de ellos es “autónomo” ni puede serlo, pues ese calificativo no les va jurídicamente a ninguno de los tres.
       Esos poderes son los que ejercen directamente la soberanía nacional, respecto a las atribuciones que la Carta Magna les impone a cada uno. Del judicial, del legislativo y del ejecutivo, pueden salir organismos autónomos, por desconcentración, descentralización o participación, pero ellos no son autónomos, son "poderes".
       Pero regresando al presidente AMLO, en razón de su visita al Poder Judicial, ahí mostró sus colmillos a través de sus huestes furiosas por fuera de ese edificio, con gritos y pancartas fulleras asistieron (de encargo) para agredir a los ministros, magistrados y jueces federales; y con eso dar lugar a que el presidente pueda decir amorosamente que reprueba esas conductas violentas, y que respeta al poder judicial.
       Ofreciendo pícaramente, así, las dos caras contradictorias del presidente concentrador: la malandrina y la mesurada, en busca de hacerse también dueño del poder judicial, so pretexto de los sueldos de los ministros, magistrados y jueces federales; ingresos sobre los cuales AMLO ya se ha equivocado dos veces en sus montos, mostrando ligereza y equívoca improvisación, defecto azaroso en un presidente, quien debe ser el mejor informado.
       "Error de dedos", así lo aseguró, cuando en su iniciativa sobre la educación suprimía toda la fracción VII del artículo 3o Constitucional, o sea, la autonomía universitaria.
       AMLO desató la esperanza popular; pero, ahora, en su propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 redirecciona el gasto público al desarrollo social, pero con claros efectos electorales. Regala dinero público y obtén votos.
       Pero además, el simple dar desarrolla pordioseros, pero no expande la producción ni hace justa la distribución de la riqueza.