LOGOS
"Honor estar con Obrador"
GRITO DE LA SUMISIÓN LEGISLATIVA
José
María Anzorena, primer intendente nombrado por Hidalgo, firmó en su casa en
Valladolid, hoy Morelia, el 19 de octubre de 1810 por instrucciones de Don
Miguel, el primer decreto que abolió la esclavitud en América.
En
ese inmueble (que ahora es el recinto oficial del Congreso de Michoacán) el 28
de agosto del año que transcurre presentó Beatriz Pagés la segunda edición del
libro "Los dos Adolfos" de la autoría de Humberto Romero Pérez, hábil
político cercano a dos presidentes de México.
El
público abarrotó el salón de ceremonias. Al entrar al edificio Beatriz, la calle
estaba tomada por cientos de maestros que protestaban con sonido a todo
volumen. Se anunció la participación de la señora Pagés; ella comenzó a hablar,
y en su avance conceptual se hizo el silencio en la calle y en el recinto.
Atentos,
todos, escuchamos a Beatriz, quien con toda claridad y firmeza explicaba que el
Presidente Adolfo Ruiz Cortines, a pregunta de Humberto sobre cómo le había ido
en su entrevista con el Presidente Eisenhower al inaugurar la Presa
Internacional Falcón, afirmó, con serenidad y patriotismo: "Al Presidente
de Estados Unidos hay que hablarle de pie. Nunca de rodillas, porque no alcanza
a escuchar".
Y
prosiguió Beatriz, "esa frase, automáticamente nos obliga a preguntar: ¿y
cómo le hablan hoy los presidentes de México a los mandatarios norteamericanos?,
¿lo hacen de pie…?, ¿qué le respondería hoy un Ruiz Cortines a un Donald Trump?"
Incisivas
interrogantes que me llevan a considerar la actitud sumisa y vasalla del actual
gobierno mexicano ante Trump, en muy diversos momentos, siendo el más reciente
el aceptar que Donald aplicará el divide y vencerás, separando a México de
Canadá, para con mayor comodidad, práctica, someterlos a sus dictados con
tratados bilaterales de comercio, y así suplir el tratado trilateral, aunque formalmente
siga con el ese apodo.
Los
mexicanos, pobres o ricos, debemos ser siempre dignos, agudizando nuestra
inteligencia, siendo trabajadores productivos en las buenas y en las malas, sin
permitir abusos ni engaños de poderosos extranjeros, ni de los omnipotentes
vernáculos.
Lástima
que nuestros representantes populares no porten la dignidad mexicana, ya que al
protestar el cumplimiento de la Constitución, lanzaron, como viles porristas,
un repetido grito vergonzoso de sumisión legislativa: "Es un honor estar
con Obrador".
Confesaron
su falta de vocación para representar al pueblo, unos, y a las entidades
federativas otros, exhibiéndose públicamente como lacayos del presidente electo
Andrés Manuel López Obrador.
Así
no le sirve ni a su amo, menos al país. Alguien tiene que llamarles la atención,
para que no enseñen el cobre, y para que no sigan siendo más de lo mismo.
¿Cómo
hacerlos dignos?, ¿cómo hacerlos honrados?, ¿cómo hacerlos capaces? Honor es
servir a los mexicanos.
Todos
debemos servir a México, y no a un hombre.