Hidalgo e Iturbide
OPUS NIGRUM; IGNIS
NOSTER
Ni Miguel Hidalgo ni Agustín de Iturbide
fueron perfectos. Cada uno de ellos tuvo cualidades y defectos.
La Historia de México registra a ambos. Cada
mexicano requiere mejorar su memoria histórica (en base a hechos y documentos
auténticos, y no en simples decires), pues es raíz que sustenta nuestro
presente y, en considerable porcentaje, condiciona el futuro que nos espera.
No prejuiciemos sobre Hidalgo e Iturbide.
16 septiembre 1810, inicio de la independencia; 27 septiembre 1821, su consumación.
Razonemos críticamente sobre sus hechos y documentos auténticos.
Hidalgo (1753-1811) e Iturbide (1783-1824)
se conocieron, sin tratarse directa y estrechamente; la diferencia de edades y
sus distintos ámbitos no lo permitieron, pero el desarrollo de sus vidas,
respectivamente, los condujo a confronta y, así, dialécticamente el primero fue
de los iniciadores de la independencia de la Nueva España respecto a España, mientras
el segundo fue de los consumadores de una parte de ese proceso independentista,
por razones congruentes, pero innobles.
Hidalgo sembró ideas no admitidas en su
tiempo: educar en y para cosas útiles y concretas productivas (en la teología y
en todo, como la apicultura, el cultivo de la seda, vacadas y agronomía);
luchar contra el imperio napoleónico invasor de las españas; abolir la
esclavitud; acabar el sistema de castas; independizar a la Nueva España de la
Corona Española; y, devolver, a los pueblos originales, tierras que la
conquista española les había criminalmente arrebatado.
Esas convicciones de Hidalgo están
documentadas. Por eso le llamaron (y algunos le siguen llamando) "viejo
loco".
En mi caso, prefiero mil veces como modelo
histórico a Hidalgo, que a muchos cuerdos que han robado a México.
Hidalgo fue gran sembrador, consciente de
que cosecharía su sacrificio. De inteligencia serena y una gran hombría de
bien. Le tocó hacer la obra negra, y encendió nuestro fuego nacional: opus
nigrum, ignis noster, lo expreso con los latines de Rector del Colegio de San
Nicolás de Obispo.
La cosecha correspondió a otros; pero, en
el caso de Iturbide, excelente militar, criollo satisfecho de ser rico y
propietario de esclavos, nacido en Valladolid, hoy Morelia, siendo acérrimo
enemigo de las propuestas de Hidalgo, y vencedor militar de esa insurgencia,
consumó la independencia de la Nueva España en contra de una Corona Española
que por el lado napoleónico abolía la esclavitud y declaraba a todos los humanos
iguales a través de la Constitución de Bayona, y por el lado insurgente español
hacía lo mismo, pero más, con su Constitución de Cádiz.
Iturbide, por las mismas razones que
luchó contra Hidalgo, consumó la independencia; también como medio para satisfacer
su apetito de poder, al soñarse emperador.
De ellos venimos. ¡Honremos sus
cualidades!, pero desechemos sus defectos, semillas de la inseguridad, bancarrota
y corrupción, del México actual.