LOGOS
Encabronamiento
MÉXICO EN DESGARRE
Miguel Hidalgo (1753-1811) hizo cita
genérica de los sentimientos de la nación; José María Morelos (1765-1815) los
acuñó en forma precisa. Tiempos, eran, en
que se derrumbaba la colonia de la Nueva España, y se gestaba el nacimiento de
la América Mexicana.
Esas y otras raíces históricas provocan
brotes de sentimientos nacionales actualmente, hoy enriquecidos por
circunstancias del presente, y orientados hacia un futuro, al que le urge
nacer.
Herbert Spencer (1820-1903), pensador
inglés cuya tumba es vecina a la de Karl Marx en el cementerio de Haihgate, nos
dice que "las ideas no gobiernan ni transforman al mundo; el mundo es
gobernado o transformado por los sentimientos".
Esa idea de Spencer, que flemática y
exclusivamente pretende explicar la realidad, puede elucidar la actitud de
candidatos y electores mexicanos en este proceso 2018, pues más que razones, se
manejan sentimientos, incluidos los sentimientos presidenciales, tan llenos de
interés personal, que nos invitan a votar razonadamente.
Tan sentimiento es el del presidente
Enrique Peña al concebirse rebasado y en rápido declive, como sentimiento
resulta el enojo colectivo de los mexicanos en contra de su gobierno; y ambos
sentires son de signo negativo y, para desgracia, afectan a México.
Todos los candidatos presidenciales
emiten, por todas las vías, sus sentimientos de ambición, enojo, envidia, odio,
repudio, soberbia, miedo, y hasta el sentimiento de "amor y paz", de
alguno de ellos, va cargado de despecho.
Pocos conceptos de valor han externado
quienes codician la presidencia, y algunas de sus razones carecen de practicidad
frente a nuestras necesidades.
Jaime Rodríguez, el bronco o el mocha
manos, dejó paralizado a López Obrador, cuando éste afirmara que "ya le
ofrecí en venta el avión presidencial a Donald Trump", al replicarle:
"¡oye, Andrés Manuel!, con qué carácter estás ofreciendo en venta lo que
no es tuyo".
En lo anterior hay razones de hecho,
aunque cargadas de sentimientos. La decisión prematura e ilícita de AMLO de
ofrecer en venta un avión ajeno; fallo con razones, al menos formales. Y la
razón de cuestionar de Jaime sobre la personalidad o personería del oferente
oficioso, quien al parecer fue víctima de su lengua.
Sería una tarea interminable analizar los
inicuos e inocuos sentimientos de los presidenciables.
Pero el ímpetu del sentimiento nacional
2018 lo produce la compleja suma de varios hechos a la vista: la falsa
democracia, la enorme riqueza de pocos fincada en la dura pobreza de muchos,
cínica corrupción, mal gobierno que volvió a imponer la reelección, sistema
electoral carísimo e ineficaz, delincuencia organizada a todos los niveles, con
impunidad, candidatos presidenciales inadecuados, educación particular mediocre
y costosísima, enormes gastos so pretexto de la educación pública de bajísima
calidad, y una guerra fratricida que se nos viene encima.
¿Cómo salvar a México?