miércoles, 7 de abril de 2010

PATROCINADOR DE SUICIDIOS

Estados Unidos en Cuba
PATROCINADOR DE SUICIDIOS

Admiro al pueblo cubano, aprecio a su revolución socialista, y Fidel Castro me ha parecido uno de los seres humanos más inteligentes que he conocido en mi vida.
Sé que Cuba como país de vanguardia no está de moda en este tiempo ni por estos sitios; muy por el contrario, quienes un día de jóvenes viajaban como invitados a esa isla, se ponían camisetas del Ché, pronunciaban sus discursos estudiantiles imitando el acento y la mímica de Fidel, y coreaban consignas a favor de la Revolución Cubana, ahora, como burgueses adultos, tienen otros compromisos, y otras modas los inquietan.
En realidad, ellos cumplen, vaquetonamente, los dichos populares: “Los duraznos de esta tierra de viejos se vuelven priscos” o, “Los jóvenes incendiarios se tornan, de viejos, en avergonzados bomberos”.
Valoro la conducta coherente, de un pueblo y/o de un hombre. Y esa generación que tomó el poder en Cuba el primero de enero del año 1959 ha sido leal con su honestidad y sus principios, valerosa y eficaz frente al epicentro del imperio capitalista: Estados Unidos de América.
Ese gigante tiene cerca de 50 años tratando de destruir a la Revolución Cubana y a sus líderes, montando a su derredor un criminal bloqueo económico por décadas, cerco que no aguantaría México ni siquiera por un año, siendo un país más rico que Cuba.
Y en ese aislamiento, el pueblo cubano ha sobrevivido y se ha desarrollado, sobre todo en educación y en salud. Y su economía, siendo pobre, es en sus cimientos más sólida que la del resto de las naciones de América Latina. Además, me estimula observar la dignidad de la mayoría del pueblo cubano, y el decoro con el que se conducen sus gobernantes en los foros internacionales hostiles.
Frente a todo lo anterior, a la vista de todos están los graves problemas por los que ha atravesado Cuba, y las dificultades que viven sus habitantes en este momento. Es un precio elevado que tiene que pagar el país que va, firme y con la frente en alto, a contracorriente del sistema económico capitalista imperante.
A lo que he señalado, debo agregar que el liderazgo tan prolongado de Fidel Castro se debe a varios motivos. Uno de ellos es el feroz odio que los grandes capitales del mundo han manifestado por esa revolución. Y a tal animadversión corresponde un caudillaje, que por fortuna, en este caso, atañe a un talento humanista.
Sin embargo, el cuerpo y la voz de Fidel han envejecido, y con él han llegado a la tercera edad los integrantes de esa generación superviviente de combatientes exitosos, incluyendo a su hermano Raúl, quien funge como Presidente. Empero, con todo y su vejez, más cautiva su congruencia, su arrojo, su tenacidad, su espíritu de servir de manera honesta a su pueblo, sin importar la edad que se tenga.
Tanta hombría de bien no pueden perdonar los dueños del capital en el mundo, representados sobre todo por el gobierno de los EU, pues ahora han montado en Cuba un escenario con las luces de los medios masivos de comunicación europeos y gringos, para desprestigiar a la Revolución Cubana con un puñado de mujeres vestidas de blanco para protestar, y unos delincuentes comunes en huelga de hambre por consigna, y con la promesa de buena paga para sus familias, si se dejan morir.
¡Otra perversidad gringa! Debemos pedirle al pueblo de los Estados Unidos que no permita que su gobierno se convierta en promotor de suicidios “políticos” en Cuba.