LOGOS
Amlo, eructando desatinos
NO SABE LEER LA REALIDAD
Es bueno saber leer libros; y, claro,
leerlos. Y es de excelencia saber leer la realidad, ejercitándose
constantemente en su lectura.
En México, hemos tenido presidentes que no
saben leer ni los libros ni la realidad.
Como muestra reciente tenemos al presidente
Andrés Manuel López Obrador, quien con tono burlesco en relación con los
resultados electorales dijo: “Nos fue tan mal, tan mal, tan mal, que el
movimiento al que pertenezco obtuvo (de 15) 11 gubernaturas, y 185 curules en
la cámara de diputados federal (de 300)”.
Siendo cierto lo anterior, de ello Amlo
desprende una equívoca lectura.
La comprensión exacta (en números
cerrados) es la siguiente:
En 2018 hubo 90
millones enlistados en el padrón de votantes; en 2021 hubo 93 millones.
En 2018 votaron 56 millones de
ciudadanos; en 2021 votaron 47 millones.
En 2018 Amlo (morena) tuvo 30 millones
de votos a su favor; en 2021 morena (Amlo) lograron 16 millones de votos.
Ahora, en 2021, Amlo y morena perdieron
14 millones de votos.
Pero Amlo y morena con sus aliados
(Verde, PT, etc.) lograron 24 millones de votos, en 2021.
Mientras la oposición a Amlo y a morena
(PAN, PRI y PRD) sumó 23 millones de votos, en la elección 2021.
Esa marcada división entre los mexicanos
la ha provocado López Obrador, tanto en la Ciudad de México como en el resto
del país, 24 contra 23 votantes; mientras los 46 millones de ciudadanos
restantes, enlistados, no manifestaron su voto, al abstenerse.
Así de sencillo, así de peligroso para
el propio presidente.
Por eso Andrés Manuel sigue en enojo, y
confundido. Sin atinar en sus lecturas, y eructando desatinos.
A juicio del presidente: “Entre mayor es
el nivel educativo, los mexicanos son más insensibles a mis propuestas de
cambio… de la clase media baja hacia arriba hay una insensibilidad para los
programas que propongo”.
Así que, según las lecturas de López
Obrador a la realidad nacional, los ignorantes y los pobres son sus aliados;
mientras que los preparados educativamente y los de clase media baja hasta los
ricos son sus enemigos, pues son “conservadores, hipócritas, racistas, y
ambiciosos”.
Con esa lectura, con esa lógica, la
tarea de Andrés Manuel es hacer más pobres y más ignorantes a los mexicanos,
para producir material humano “sensible” que aumente sus tropas electoreras, y sus
votos.
Sospechoso es que el presidente
agradeciera al crimen organizado su buen comportamiento durante estas
elecciones del 2021; y, en cambio, lanzara vituperios contra quienes él juzga
son delincuentes de cuello blanco.
Por otra parte, reveló Amlo su malicia
al decirle a Kamala Harris “presidenta”, en lugar de “vicepresidenta”, en burla
al presidente Biden; y nombrarla como “Kabala” (esotérico u oculto), para
después explicar: “me camuqué”, que significa “engaño”.
Parece que a Andrés Manuel no le
funciona bien su cerebro, y menos su ética, ésta, peor que la de los
neoliberales.
No hace mucho afirmó: “Para no
contagiarse de covid 19, sólo se requiere no mentir, no robar y no traicionar”.
Y ¡sácatelas!, a los pocos días le pegó la pandemia.
De esa forma probó él mismo, con su
padecimiento, que miente, roba y traiciona.
“Hasta las piedras cambian”, acaba de afirmar
el presidente, con ánimo indescifrable.
Obvio
que él no es una piedra, pero… muy difícil que cambie, pues expertos aseguran
que “chango viejo no aprende maroma nueva”.